-Bueno, ya comprobamos que no era cierto- Dijo un hombre, pistola humeante y mirada fija en el cuerpo sin vida y el charco de sangre carmesí debajo.
-Pendejo, era un decir- Respondió un hombre, parado al lado del pistolero, el cual se veía extremadamente alarmado –Puta madre-
-Bueno y por qué no explica eso-
-Ya, ya no importa-
-¿Si te dicen que alguien es de sangre azul tú crees que tiene sangre roja?-
-Voy a buscar a alguien que nos ayude con esto, no creo que nos quede mucho tiempo para mover el cuerpo y limpiar todo-
-Y yo que pensaba que realmente tenía sangre azul-
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