No
estoy muy seguro como llegue aquí, tampoco se donde estoy, lo único
que se es que me siento de la chingada, molido, creo que estoy un
poco crudo de la peda de
ayer... al menos recuerdo que ligue muy sabroso con una güera
sabrosa que estaba dándome y dándome vueltas, espero que no me
marque... bueno, no, si, que me marque, se me antoja seguirle dando
cuerda un rato por que se ve que es de lana y si le puedo sacar algo
de provecho pues que va, quien no se deja querer así.
Pero
nada de eso me sirve ahorita, lo único que me importante saber es,
¿donde chingados estoy?
Veo
poca luz que viene de la izquierda pero no parece ser una ventana,
son como agujeros, no tienen forma de ventana, parece como si fuera
un colador, rayitos en el piso, que creo es de madera, y en la pared
de la derecha se ve que la pintura es vieja y se esta descarapelando
de lo que parece ser ladrillo, no veo otra cosa mas que llame la
atención, me duele el cuello y el lado izquierdo de la cabeza, el
ojo izquierdo lo puedo abrir a medias y me lastima la luz cuando
trato de usarlo, posiblemente me pegue con algo o termine peleándome
con algún pendejo por ahí.
Debería
dejar de tomar tanto... nah, no creo que sea tan grave.
Ahora,
si me pudiera mover estaría mas al putazo pero creo que estoy atado
de pies y manos, a lo mejor esta güera
es una de esas locas dominatrices que le gusta amarrar y dar
latigazos, hmm, eso suena bien, loca, con dinero, posiblemente
también se come los mecates,
nada mal.
Se
escuchan pasos a la derecha, pesados, no, espero que no sea un enorme
tambo de manteca lo
que este en el otro cuarto, o algún pariente de ella, se dirige
hacia acá, ahora que lo pienso, no estoy vestido, y hay sangre...
espero que eso sea por que era virgen, no, ni en mis pinches sueños
mas guajiros pude
haberme tirado a una virgen, se veía putisima... pero que tal si era
una menor, ahí si el que se chinga soy yo.
Alguien
abrió la puerta lentamente, el rechinido me erizo la piel pero me
puse peor cuando vi que detrás de ella estaba una persona enorme,
gorda, musculosa, con un mandil blanco lleno de sangre y una mascara
de luchador, su mano izquierda sostenía una pierna que estaba
conectada a lo que es o era la rubia que según yo me había tirado,
en su mano derecha un cuchillo de carnicero pesado, chingue su madre,
ya me cargo la verga...
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