Félix
Uriarte esperaba en el modesto café, miraba ansiosamente su reloj y
observaba la ventana pero no veía a nadie venir, miraba a su
alrededor para ver si no se había equivocado de mesa, no vio mas que
a dos personas en una mesa alejada y a la mesera que limpiaba
lentamente algunas de las mesas cercanas a el.
Le
puerta se abrió y se escucho la campana que alarmaba a los
encargados del café en caso de no escuchar el rechinido de la
puerta, por ella entro una mujer vestida con un habito negro y tocado
blanco quien brevemente observo el lugar y se dirigió a la mesa
donde se sentaba Felix.
-No...-
Felix quedo atónito ante aquella vista, su rostro fue lo
suficientemente expresivo como para que la mujer se riera al
observarlo de vuelta.
-Han
pasado muchas cosas... Felix.
-Así
parece ser- La mujer tomo asiento frente a el y se acomodo con
cuidado en el asiento mientras se percinaba. -Me podrías decir...
¿que es esto?- La pregunta era obvia pero Felix no quiso dejar la
pregunta en duda y apunto al habito.
-Encontré
a Dios, Felix, eso es lo que significa esto-
-Bueno,
no se que decirte, aunque entiendo que han sido siete años desde que
nos vimos la ultima vez-
-No
iba por buen camino, tuve la suerte de encontrarme en la casa de Dios
en mis peores momentos y ahí fue donde vi su benevolencia y
omnipotencia-
-Que
bueno que cambiaste, al menos ahora tengo la seguridad que si me
llaman buscándote no va a ser por que le pegaste en los huevos a
algún policía o por que sufriste una sobredosis de algún suero que
creaste con químicos caseros-
-No
hablemos de eso, todo eso quedo atrás, hoy solo existo para servir a
Dios y su voluntad y su voluntad ahora es que vea por que sigas el
buen camino, que regreses a su rebaño, Dios te busca Felix-
-Momento,
yo no ocupo ayuda de nadie-
-La
ocupas, te has desviado mucho tiempo de la luz que es el señor y el
no se ha ofendido, vengo hoy como una muestra de que el quiere cuidar
bien de ti y que no te desea ningún mal-
-Eso
es bueno, al menos ya se que tengo un enemigo menos una vez que me
vaya al otro lado-
-Esto
no es un juego-
-No lo
estoy tomando como un juego, tengo ya suficientes problemas como para
tener al todopoderoso, sea quien sea, en mi contra. De igual manera
si no me voy a tu cielo, o al lugar prometido que profesas, me iré
al cielo en otro y eventualmente me iré a unos veinte o treinta
infiernos o lugares de castigo, todo es muy confuso cuando tienen
tantas divergencias-
-El
infierno no es motivo de burla, Felix, esto es algo mas que serio y
quiero ver que tu alma no pase penurias en el infierno a manos de
Satanás-
-Mira,
no se cuales fueran las circunstancias que te empujaran a unirte a la
religión pero si esto te ha salvado de tu camino a la destrucción
por mi esta bien, me alegra que estés mejor-
-Gracias--
-Pero,
debo dejarte en claro que yo ya estoy perdido, no existe un Dios
actualmente que me permita la entrada a su tierra prometida, lo dudo
realmente, y te lo reafirmo diciéndote que las cosas han empeorado
bastante y hoy en día me encuentro como vasallo de Rigoberto-
-¿Vasallo,
por que?-
-Las
razones son variadas y es una explicación muy larga pero hoy me
encuentro en ese cuadro y no tengo manera de salir, hasta ahí llega
mi explicación-
-No
puedo creer que te aliaras con uno de los vasallos de Satanás,
Felix, nunca lo creí de ti-
-Ni yo
tampoco, pero las cosas podrían estar peor-
-Si tu
alma ya esta condenada a los fuegos eternos del abismo entonces no
hay cosa peor que esa, no existe esfuerzo suficiente en la tierra que
pueda salvarte mas que la misericordia de Dios una vez que llegues a
ser juzgado en las puertas del cielo-
-Que
me mande al infierno de igual manera, prefiero vivir en sufrimiento
conviviendo con todos aquellos que conocí aquí que estar allá
arriba en una puta nube tocando un harpa-
-Cuida
tu lenguaje Felix y no ofendas al Señor-
-¿O
que, me va a tirar un rayo en el culo? Por favor Emilia, no me
quieras ver la cara de pendejo con estas patrañas, papa nos enseño
bastante bien como para que tiremos sus enseñanzas a la basura-
-Papa
era un viejo estúpido, otra arma de Satanás para confundirnos y
llevarnos directo al abismo, por su culpa yo casi termino en el
infierno--
-No
insultes a nuestro padre que sus creencias políticas y religiosas
nos formaron bastante bien, tu fuiste la que se desvió de una manera
exagerada, tu te ahogabas en alcohol todos los días con tus amigos,
tu fuiste la primera en fumar, tu buscaste nuevas drogas hasta que no
hubo una que no hubieras probado, varias veces te tuvimos que llevar
al hospital o recogerte de el, cuantos abortos tuviste, cuatro,
cinco, no recuerdo, quieres que continué con la lista o ha quedado
suficientemente en claro mi punto, tu fuiste la que tomo ese camino,
tu sufrimiento fue producto tuyo exclusivamente por que no sabes como
controlar tus vicios-
-Basta,
basta, me estas tratando de confundir-
-Los
que te tienen confundida son los que profesan amar a Dios, ¿si tanto
lo aman por que no regalan todo lo que tienen en el Vaticano, lo
funden, y lo reparten equitativamente?-
-No
puedo creer que mi propio hermano se atreva a hablar así de la
Iglesia-
-Ni yo
puedo creer que cayeras tan bajo como para dejarte controlar por la
Iglesia Católica, que harás la siguiente vez, ir a África y poner
cara de Santa para que te canonicen mientras que te robas todo el
dinero que te manden, ¿eh?-
-¡Arderás
en el infierno Felix, te lo juro!- Ella se levanto de golpe y apunto
con su dedo indice derecho a Felix. -Escucha mis palabras, Felix, tu
alma esta condenada por que tu buscas servir a Satanás y apresuras
tu visita al averno al seguir los pasos de Rigoberto, el, primero que
tu, arderá con ansias en el infierno y me da gusto, me da gusto que
ardan el y tu por estar tan enfermos, me dan asco, repulsión, no
puedo creer que seamos de la misma sangre, esta debe ser una prueba
de fe que el Señor ha impuesto en mi, la resistiré y orare, lo haré
todos los días, por que algún día sus almas sean purificadas y
puedan entrar con nosotros al lado del Señor-
Mientras
gritaba esta litania Felix observo aquella sonrisa maléfica que se
formaba, las facciones de su rostro se veían mas vivas y aquellos
ojos parecían navajas que apuntaban hacia el, fríos, inertes,
mortales; lentamente comenzó a moverse hacia atrás y acelero el
paso hacia la puerta mientras le gritaba de vuelta pecador y perro
enfermo a lo cual Felix no respondió absolutamente nada, el solo se
quedo viéndola fijamente mientras salia y una vez que desapareció
abrió un pequeño relicario con una foto de ella de hacia varios
años, paso su dedo pulgar sobre este y lo guardo.
-Al
menos ella si se salvara...- Felix suspiro y observo su café, una
larga noche estaba por delante y esperaba que esta conversación
fuera a animarlo, no fue del todo mala pero no era exactamente lo que
esperaba, ahora solo quedaba el largo viaje de vuelta a casa y una
rápida parada en algún mercado cercano para suministrarse de unas
cervezas y cigarros.
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