Diario
de John McGready, 30 Octubre/1 de Noviembre, 1929.
Encontramos
a la señorita que odiaba el judío, tuvimos suerte, nos dijo que nos
estaban buscando y ella no saco de ahí en su automóvil para después
llevarnos a su oficina.
Ahí
nos recibió un muchacho, nos dejo pasar y la muchacha nos llevo al
sótano en donde guardaba cientos de armas de todo tipo, pistolas,
rifles, escopetas, inclusive algunas armas de corte largo y un hombre
de apariencia ruda le esperaba. Este le saludo y ella le dijo que el
amigo del judío estaba herido por lo que atendió de manera
inmediata a su herida.
Maxwell
Morgan le entrego la carta que le pidió guardar el judío a la
muchacha, ella dio lectura a la carta para si misma y pareció
comprender algo importante, la quemo de inmediato y nos aviso que
debíamos continuar con el plan de atacar el edificio de los Masones,
que si nos apurábamos llegaríamos a tiempo.
Nos
armamos lo mejor que pudimos, yo tome una escopeta, que si no sabia
mucho de armas al menos sabia que debía apuntar y dispararla, que
haría mucho daño y que solo debía bombear para la siguiente; a
Maxwell le dieron una pistola automática, nunca había visto algo
como eso, son cosas que solo la gente con dinero podría comprar; al
anticuario le entregaron una espada que, cuando la sacaron, le
advirtieron que debía cuidarla ya que si se le salia de las manos
podría llegar hasta el núcleo de la tierra, acto seguido con la
punta de la espada quemaron un pedazo del piso de concreto y la
enfundaron nuevamente, la suerte de hecho decidió que ese día yo
fuera el portador de la espada, dijeron que siendo yo granjero debía
tener experiencia con este tipo de herramientas, no se que tenga que
ver una hoz con una espada pero curiosamente no me sentí tan lejano
a ella, me sentí apto para usarla, al menos eso creía; el ricachon
tomo su escopeta para matar elefantes, el tipo tenia una escopeta
para matar elefantes por que es a lo que se dedicaba en su tiempo
libre en África, y yo que solo me dedico a cuidar de mi fami-- de mi
hijo... bueno, soy mas sencillo, estoy mas enfocado, no tengo tiempo
para desperdiciar; el Doc tomo una arma grande, me explico que esas
se usaron en la gran guerra unicamente y que algunos aviones hoy en
día las usaban, todavía no me explico como podía cargar semejante
cosa; la muchacha se llevo un rifle de cacería, dijo que era mas
fácil manejar a la manada desde lejos.
Nos
fuimos en dos carros directo a aquel edificio donde nos había
llevado el judío, donde hable con el viejo en la biblioteca y quien
comenzó a explicarme cosas difíciles de entender para mi, cosas que
no eran de este mundo, cosas que hacia algunos días no conocía y no
necesitaba conocer, pero al menos aquí sigo y también mi hijo, por
quien hago esto, por que mañana sea otro día mas.
Ya en
el edificio encontramos todo apagado, era lúgubre, antiguo,
tenebroso, tenia algo que me incomodaba mucho y creo que la muchacha
y el Doc sabia lo que era, yo también lo hubiera entendido si es que
el viejo aquel se hubiese explicado con mayor claridad, balbuceaba,
estaba perdido en si, como si ya no viviera en este mundo; me
atemoriza tanto esto y esta gente... pero no puedo dejar de hacer
esto, debo hacerlo por mi hijo.
Comenzamos
a subir aquellas escaleras, todo era oscuridad y sombras en aquel
lugar, podíamos ver tanto un poco después de nuestra nariz y
tuvimos muchas veces que palpar para continuar, el único que pudo
hacer algo al respecto fue Maxwell pero el se veía mas preocupado
mientras mas subíamos las escaleras, creía ver o escuchar a
alguien, nosotros no veíamos ni escuchábamos a nadie pero le
advertí que en el tercer piso estaba el bibliotecario a mano
derecha, que si llegaba a ver a alguien pudiese ser que fuera el o
alguna otra clase de velador.
En
efecto, cuando llegamos al tercer piso el vio una sombra que se alejo
rápidamente, concluimos que debía ser el y decidimos todos ir por
el antes de que fuera a alarmar a los demás, fue tan rápido lo que
paso a continuación que en mi mente no esta muy claro pero tratare
de ser tan claro como mis recuerdos me lo permitan.
Maxwell
tomo la delantera, su arma en mano, y abrió la puerta para verse
inmediatamente consumido por la oscuridad, cuando reaccionamos la
mitad de su cuerpo estaba dentro de... eso, que nos miraba con sus
terribles ojos como dos brazas ardientes; ahora lo recuerdo, no podía
en ese momento reaccionar, estaba congelado, el Doc también, nunca
pensé ver algo como eso, nunca pensé que una sombra me pudiera
tragar, hasta la fecha sigo temiendo a las sombras incluso durante el
día, duermo de noche con una vela que ruego a Dios me dure toda la
noche y a mi hijo lo cuido como mi mas preciado tesoro esperando que
me tomen a mi y no a el.
Oh
Dios... también lo recuerdo ahora, el ricachon, el, el se voló la
cabeza, fue tan súbito, solo recuerdo escuchar un tiro que me dejo
sordo por algunos segundos y de pronto tenia pedazos de su cerebro en
mi rostro y mi ropa, estaba su cuerpo tirado sin cabeza en el suelo y
la escopeta aun humeaba, creí que me volvería loco pero no fue
suficiente, no fue todo, aquella cosa rio, no se como lo hizo pero
escuchamos una voz siniestra haciendo eco en los pasillos, se reía
de nosotros con ganas, lo hacia para dejarnos en claro que no le
podíamos ganar, no, no me iba a dejar, tome la espada, la desenfunde
y vi su brillo y sus letras raras fosforescentes, me dieron luz en
aquella oscuridad y como pude le solté un golpe pero fue en vano,
aquello que corte se volvió a pegar a el y me soltó un latigazo que
logre esquivar a tiempo; recuerdo que Maxwell le disparo con su arma,
también fue en vano, esa cosa chupo las balas como si fueran nada y
desaparecieron en aquella oscuridad, fuera lo que fuera no era de
este mundo, no era humano, ni Dios mismo podía concebir algo como
esto... ¿por que Dios, como puedes permitir que tales cosas existan,
de donde vienen, por que no nos ayudas a combatirlas?
Mis
plegarias fueron escuchadas en ese momento, aquella muchacha se
convirtió en un ángel redentor, nos advirtió que no la miráramos,
me cubrí la cara por que no sabia que pasaría, vi un resplandor
rojo a mis espaldas y lo siguiente que supe fue que Maxwell estaba en
el piso y Dios, el chillido de aquella cosa, me estaba quedando loco
al escuchar ese terrible rechinido, ese infernal grito que helaba la
sangre, sentía que mis oídos reventarían, logramos resistir y
también lo hizo aquello, fuese lo que fuese, y como venganza lanzo
su ser ante la muchacha y comenzó a tragarla, intente nuevamente dar
una tajada a aquella cosa pero seguía siendo en vano, no le podía
hacer nada a pesar de que ellos me habían dicho lo contrario, que
clase de brujería obscena era esta.
El Doc
nos advirtió que nos moviéramos y que nos cubriéramos el rostro,
de el comenzó otro resplandor rojo pero este se calmo rápidamente,
escuche un gruñido, el Doc se veía desorientado, observe a mi
alrededor y entendí por que, arriba era abajo, izquierda era
derecha, nada tenia sentido, todo ondulaba, sentía como si me
hubieran metido a una casa de espejos, me mareaba, vi a Maxwell en el
piso y el anticuario tratando de ayudarle a que se levantara, Dios
mio, que esto pare, por favor, piedad, que pare, que esto se acabe,
ángel redentor, salvanos, no, no, se desmayo, se quedo sin aliento,
de su ser comenzó ese resplandor rojo pero no pudo, aquella cosa
volvió a reír, le solté varias tajadas pero no podía hacerle
nada, por que, por que no podía, por que me abandonabas ahora Dios
que en ti tengo toda mi fe y mi esperanza puesta.
Pero
no dude, sabia que el tenia un plan debajo de su manga, y cuando
menos lo espere llegaron su juez y preboste a la acción, unos
gemelos, de ellos vi salir unas esferas rojas provenientes de sus
manos, quemaron a la cosa, la desaparecieron, y donde alguna vez
estuvo pudimos ver por fin la puerta que llevaba a la biblioteca al
igual que a aquella muchacha tratando de recuperar su respiración
mientras que el Doc la levantaba y yo con gusto le ayudaba también
de pie, el Doc vitoreo su llegada y también la muchacha, parecía
que se conocían de hacia tiempo, me alegraba, sabia que entonces no
solo estábamos en buenas manos si no que también teníamos una
mejor oportunidad de pelear contra lo que fuera que debíamos
encontrar allá arriba, donde se llevaban los rituales de los
Masones, una Logia, nos había dicho el Judío.
Subimos
todos en grupo, los gemelos fueron los primeros en indicarlo y los
demás seguimos el entendimiento, habían telarañas descomunales por
todos lados, la mas pequeña era mas o menos de mi tamaño, yo mido
cinco pies y ocho pulgadas, no seré grande pero no conozco a un
animal, una araña, tan grande o mas grande que yo, había escuchado
que en África o en el Amazonas tales cosas existían pero aquí
estábamos en Filadelfia, en un edificio cerrado, yo estuve aquí
hace solo dos días, no había nada de esto, solo estaban las dos
sillas afuera donde dos tipos se sentaban con sus espadas y dejaban
pasar solo a algunos, ¡esto es una locura!
Los
Gemelos nos dijeron que tuviéramos cuidado, que las puertas estaban
marcadas con grabados de guardianes antiguos y de los cuales los
mortales temían hacia siglos, desde que vivíamos en el mar, en la
oscuridad del mundo cuando no había nada mas que ellos y “los
antiguos”, sea lo que sea eso.
Lentamente
ambos abrieron las puertas dobles y pasaron al interior dando un solo
paso, una voz les pregunto algo, no escuche, no quería saber nada,
mientras menos supiera mejor, ahora estaba agradecido de que mi
educación no me diera para mas y de alguna manera espero que mi hijo
nunca llegue a conocer algo de esto, espero por Dios que jamas le
toque ver como las que vi ese día.
En
aquel lugar se sentía un ambiente denso, los gemelos tardaron creo
un minuto o dos pero parecía ser una eternidad, lo hicieron todo con
calma, les preguntaron algo y respondieron al mismo tiempo mientras
hacían algunas figuras y formas entre ellos, todo pareció acabar
después de que dieron media vuelta y nos indicaron que pasáramos
pero que no nos alejáramos mas de diez pies de ellos. Lo que había
alrededor de nosotros no lo podía percibir correctamente, estaba
todo oscuro, solo podía ver ojos por todos lados, parecían ser
peces o alguna clase de criatura marina, apestaba de una manera
horrible y se escuchaban respiraciones muy pesadas provenir de
aquellas sombras al igual que murmuros en lenguas que jamas había
escuchado, no, no era eso lo importante, lo que venia era lo que si
era de temer, Dios sabe que le temo a el y lo tengo a el sobre todas
las cosas pero si existe un demonio, un infierno, aquel momento se
convirtió en el mio, lo vi venir de una manera tan abrupta que en mi
mente creí caer a un abismo sin fondo.
Los
gemelos abrieron las puertas de golpe, sus escopetas recortadas en
mano, y lo que estaba ahí adentro no era mas que criaturas traídas
del mismo infierno donde Satanás en persona vivía, eso era
inconcebible, arañas, deformes, gigantescas, unas sobre el techo,
otras sobre las sillas, algunas sobre las paredes, pero allá, al
fondo, pasando los dos pilares de la entrada que estaban cubiertos
con telarañas, donde parecía que se sentaba un juez o un rey se
sentaba y mandaba, estaba una monstruosidad que ocupaba un poco mas
menos de la mitad de ese cuarto, era algo que jamas pensé ver, tenia
cientos de ojos, miles, me miraban, sus mandíbulas, si, mas de una,
babeaba con ansia y parecía gritar mi nombre al aire, parecía
querer darme de comer a sus criás, no, quería correr, pero no lo
hice, me mantuve cuerdo y los demás hicieron lo mismo.
El Doc
fue el primero en abrir fuego, su mortal ráfaga fue desastrosa para
aquellas criaturas, levanto el alma de inmediato, varias cayeron,
otras gritaban y chirreaban, se arrastraban en el piso, una baba
verde oscura salia de ellas y quemaba el piso y los muebles, el olor
era totalmente repugnante, no se como pude mantener mi respiración
andando ni mucho menos como es que no vomite, era nauseabundo lo que
había sucedido; todos siguieron el proceso, incluso yo, de disparar
contra aquello que palpitaba al fondo del cuarto, le destruimos en un
santiamén, tanto con las balas como con aquellas esferas rojas que
salían de las manos, con todo, pero de esta salieron mas de sus
criás, gritando por sangre, la nuestra, la de quien fuera, todo para
vengar a su madre, tocaron retirada, no entendí por que hasta que vi
al Doc y a la muchacha quedándose atrás y puse atención a lo que
dijeron.
-Cuida
de ellos, ve que lleguen con bien- Dijo ella y le pidió al Doc que
cerrara las puertas, este dudo por un momento pero lo que ambos vimos
nos hizo reaccionar y movernos rápido de ahí, esta comenzó a
cubrirse por llamas, pronto se convirtió en una antorcha y a toda
velocidad corrió hacia lo que quedaba de la madre de aquellas
infernales criaturas. Corrimos, por Dios corrimos y lo hicimos muy
rápido, no lo pensamos dos veces, corrimos hacia abajo y logramos la
sombra que se encontraba en el segundo piso, nos percatamos
eventualmente de que cada piso parecía tener una sombra guardiana
que nos había estado vigilando, Maxwell nos lo advirtió, que
escuchaba pasos y veía algo moverse entre las sombras, que le
vigilaba mientras avanzaba y también lo hacia con nosotros pero que
no había reaccionado por que no había encontrado una probable
necesidad hasta que tratamos de abrir la puerta... o quemamos aquel
edificio.
Detrás
de nosotros escuchamos algo que nos hizo correr mucho mas rápido y
en lugar de enfriarnos la sangre nos la calentó, era el grito de una
araña y el tronar de las puertas por las llamas que venían
inundando el piso de arriba; la araña continuo gritando y escuchamos
sus pasos persiguiéndonos, creo que venían mas pero eso ya que
importaba, debíamos salir de ahí, ya.
En el
primer piso vimos como Maxwell logro evadir a la sombra que se había
despertado, lo hizo por un pelo de rana calva, pensé que le había
tomado pero era todo lo contrario, había salido con vida de eso y
nos grito a todo pulmón.
-¡Voy
a prender el auto, apresúrense, corran!- No lo dudamos, era esquivar
a la sombra o que nos tragara la cosa en llamas. Corrí como nunca,
sentía que el corazón se me iba a salir, que el aliento se me
terminaba, que las piernas me fallaban, logre esquivar la sombra,
todos lo hicimos, y cuando menos lo esperamos escuchamos de esta algo
bueno, que atribuyo a Dios mismo por que se que su benevolencia es
grande para los que creemos en el y que la justicia divina si existe.
Aquella
sombra se había confundido o tal vez había pensado mal, pero fuese
cual fuese el caso esta tomo a la araña en llamas y comenzó a
tragársela, gritando esta de vuelta, enfurecida, mientras que la
araña trataba de picarle, de salir, de hacer lo que fuera para
acabar con ese sufrimiento, los dos estaban hechos el uno para el
otro.
Los
carros estaban corriendo ya, salimos disparados de ahí y escuchamos
como se derrumbaba parte de la estructura, a la mañana siguiente
sabríamos que no quedaría nada de aquel edificio y que los Masones
estaban enfurecidos por lo que había sucedido, no importaba, ya todo
terminaba y habíamos salvado al mundo y yo a mi hijo.
Cuando
regresamos a la oficina de la muchacha el ambiente se volvió triste
pero a la vez alegre, el Doc nos dijo que no nos preocupáramos
mucho, que había posibilidades de que hubiera sobrevivido aunque no
quería asumir nada, esto era entre -Amanda y Dios-, nos dijo el.
El se
retiro junto con los gemelos, el Doc hacia Maryland y los Gemelos
hacia Vermont, nos dijeron que nuestras obligaciones y contratos
habían terminado ya, decidí entonces retirarme de aquí y buscar
vivir una vida tranquila y pacifica en otro lugar, en Ohio, Idaho,
Iowa, lo mas lejos de aquí, tal vez incluso en California.
Recibí
una buena noticia, me dejarían ir con la mitad del dinero que nos
había dejado el judío, Ishmael, que eran diez mil dolares, por
Dios, era una fortuna, podría comprar una granja y pagarle a gente
por años sin tener que mover un solo dedo, mi hijo podría recibir
una buena educación, yo podría vivir en paz... en paz, ojala.
Aquí
acaba mi historia, yo me he decidido, me retiro a California con mi
hijo, el dinero y el carro, el cual aprendería a manejar durante el
transcurso, también me dejaron varias armas ya que me dijeron que
las necesitaría, aunque no fuera muy proficiente me recomendaron
entrenarme, prepararme para lo inevitable, lo acepto, todo por que mi
hijo pueda vivir tranquilo y fuera de todo esto, lo protegeré, a
como de lugar.
Ahora
que los dejo los extrañare, son la única gente que conozco
realmente ahora que Arkham ya no existe; Maxwell, el anticuario, el
ricachon, el ruso que fumigaba mis campos, el Doc, los Gemelos,
Ishmael, Amanda... mi ángel redentor... mi esposa... espero que este
bien, al lado de Dios, rezare todos los días por ti y por la
muchacha para que tu regreso suceda... construiré una iglesia con
mis propias manos si es necesario para tu memoria, la de mi esposa y
de todos aquellos que han sufrido a manos de estos malditos e
infernales demonios, espero que algún día regreses, que así sea y
podamos llegar todos a ser viejos y disfrutar lado a lado los buenos
recuerdos de la vida...
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