Monday, March 25, 2013

Diario de John McGready, 30 Octubre/1 de Noviembre, 1929.


Diario de John McGready, 30 Octubre/1 de Noviembre, 1929.

Encontramos a la señorita que odiaba el judío, tuvimos suerte, nos dijo que nos estaban buscando y ella no saco de ahí en su automóvil para después llevarnos a su oficina.

Ahí nos recibió un muchacho, nos dejo pasar y la muchacha nos llevo al sótano en donde guardaba cientos de armas de todo tipo, pistolas, rifles, escopetas, inclusive algunas armas de corte largo y un hombre de apariencia ruda le esperaba. Este le saludo y ella le dijo que el amigo del judío estaba herido por lo que atendió de manera inmediata a su herida.

Maxwell Morgan le entrego la carta que le pidió guardar el judío a la muchacha, ella dio lectura a la carta para si misma y pareció comprender algo importante, la quemo de inmediato y nos aviso que debíamos continuar con el plan de atacar el edificio de los Masones, que si nos apurábamos llegaríamos a tiempo.

Nos armamos lo mejor que pudimos, yo tome una escopeta, que si no sabia mucho de armas al menos sabia que debía apuntar y dispararla, que haría mucho daño y que solo debía bombear para la siguiente; a Maxwell le dieron una pistola automática, nunca había visto algo como eso, son cosas que solo la gente con dinero podría comprar; al anticuario le entregaron una espada que, cuando la sacaron, le advirtieron que debía cuidarla ya que si se le salia de las manos podría llegar hasta el núcleo de la tierra, acto seguido con la punta de la espada quemaron un pedazo del piso de concreto y la enfundaron nuevamente, la suerte de hecho decidió que ese día yo fuera el portador de la espada, dijeron que siendo yo granjero debía tener experiencia con este tipo de herramientas, no se que tenga que ver una hoz con una espada pero curiosamente no me sentí tan lejano a ella, me sentí apto para usarla, al menos eso creía; el ricachon tomo su escopeta para matar elefantes, el tipo tenia una escopeta para matar elefantes por que es a lo que se dedicaba en su tiempo libre en África, y yo que solo me dedico a cuidar de mi fami-- de mi hijo... bueno, soy mas sencillo, estoy mas enfocado, no tengo tiempo para desperdiciar; el Doc tomo una arma grande, me explico que esas se usaron en la gran guerra unicamente y que algunos aviones hoy en día las usaban, todavía no me explico como podía cargar semejante cosa; la muchacha se llevo un rifle de cacería, dijo que era mas fácil manejar a la manada desde lejos.

Nos fuimos en dos carros directo a aquel edificio donde nos había llevado el judío, donde hable con el viejo en la biblioteca y quien comenzó a explicarme cosas difíciles de entender para mi, cosas que no eran de este mundo, cosas que hacia algunos días no conocía y no necesitaba conocer, pero al menos aquí sigo y también mi hijo, por quien hago esto, por que mañana sea otro día mas.

Ya en el edificio encontramos todo apagado, era lúgubre, antiguo, tenebroso, tenia algo que me incomodaba mucho y creo que la muchacha y el Doc sabia lo que era, yo también lo hubiera entendido si es que el viejo aquel se hubiese explicado con mayor claridad, balbuceaba, estaba perdido en si, como si ya no viviera en este mundo; me atemoriza tanto esto y esta gente... pero no puedo dejar de hacer esto, debo hacerlo por mi hijo.

Comenzamos a subir aquellas escaleras, todo era oscuridad y sombras en aquel lugar, podíamos ver tanto un poco después de nuestra nariz y tuvimos muchas veces que palpar para continuar, el único que pudo hacer algo al respecto fue Maxwell pero el se veía mas preocupado mientras mas subíamos las escaleras, creía ver o escuchar a alguien, nosotros no veíamos ni escuchábamos a nadie pero le advertí que en el tercer piso estaba el bibliotecario a mano derecha, que si llegaba a ver a alguien pudiese ser que fuera el o alguna otra clase de velador.

En efecto, cuando llegamos al tercer piso el vio una sombra que se alejo rápidamente, concluimos que debía ser el y decidimos todos ir por el antes de que fuera a alarmar a los demás, fue tan rápido lo que paso a continuación que en mi mente no esta muy claro pero tratare de ser tan claro como mis recuerdos me lo permitan.

Maxwell tomo la delantera, su arma en mano, y abrió la puerta para verse inmediatamente consumido por la oscuridad, cuando reaccionamos la mitad de su cuerpo estaba dentro de... eso, que nos miraba con sus terribles ojos como dos brazas ardientes; ahora lo recuerdo, no podía en ese momento reaccionar, estaba congelado, el Doc también, nunca pensé ver algo como eso, nunca pensé que una sombra me pudiera tragar, hasta la fecha sigo temiendo a las sombras incluso durante el día, duermo de noche con una vela que ruego a Dios me dure toda la noche y a mi hijo lo cuido como mi mas preciado tesoro esperando que me tomen a mi y no a el.

Oh Dios... también lo recuerdo ahora, el ricachon, el, el se voló la cabeza, fue tan súbito, solo recuerdo escuchar un tiro que me dejo sordo por algunos segundos y de pronto tenia pedazos de su cerebro en mi rostro y mi ropa, estaba su cuerpo tirado sin cabeza en el suelo y la escopeta aun humeaba, creí que me volvería loco pero no fue suficiente, no fue todo, aquella cosa rio, no se como lo hizo pero escuchamos una voz siniestra haciendo eco en los pasillos, se reía de nosotros con ganas, lo hacia para dejarnos en claro que no le podíamos ganar, no, no me iba a dejar, tome la espada, la desenfunde y vi su brillo y sus letras raras fosforescentes, me dieron luz en aquella oscuridad y como pude le solté un golpe pero fue en vano, aquello que corte se volvió a pegar a el y me soltó un latigazo que logre esquivar a tiempo; recuerdo que Maxwell le disparo con su arma, también fue en vano, esa cosa chupo las balas como si fueran nada y desaparecieron en aquella oscuridad, fuera lo que fuera no era de este mundo, no era humano, ni Dios mismo podía concebir algo como esto... ¿por que Dios, como puedes permitir que tales cosas existan, de donde vienen, por que no nos ayudas a combatirlas?

Mis plegarias fueron escuchadas en ese momento, aquella muchacha se convirtió en un ángel redentor, nos advirtió que no la miráramos, me cubrí la cara por que no sabia que pasaría, vi un resplandor rojo a mis espaldas y lo siguiente que supe fue que Maxwell estaba en el piso y Dios, el chillido de aquella cosa, me estaba quedando loco al escuchar ese terrible rechinido, ese infernal grito que helaba la sangre, sentía que mis oídos reventarían, logramos resistir y también lo hizo aquello, fuese lo que fuese, y como venganza lanzo su ser ante la muchacha y comenzó a tragarla, intente nuevamente dar una tajada a aquella cosa pero seguía siendo en vano, no le podía hacer nada a pesar de que ellos me habían dicho lo contrario, que clase de brujería obscena era esta.

El Doc nos advirtió que nos moviéramos y que nos cubriéramos el rostro, de el comenzó otro resplandor rojo pero este se calmo rápidamente, escuche un gruñido, el Doc se veía desorientado, observe a mi alrededor y entendí por que, arriba era abajo, izquierda era derecha, nada tenia sentido, todo ondulaba, sentía como si me hubieran metido a una casa de espejos, me mareaba, vi a Maxwell en el piso y el anticuario tratando de ayudarle a que se levantara, Dios mio, que esto pare, por favor, piedad, que pare, que esto se acabe, ángel redentor, salvanos, no, no, se desmayo, se quedo sin aliento, de su ser comenzó ese resplandor rojo pero no pudo, aquella cosa volvió a reír, le solté varias tajadas pero no podía hacerle nada, por que, por que no podía, por que me abandonabas ahora Dios que en ti tengo toda mi fe y mi esperanza puesta.

Pero no dude, sabia que el tenia un plan debajo de su manga, y cuando menos lo espere llegaron su juez y preboste a la acción, unos gemelos, de ellos vi salir unas esferas rojas provenientes de sus manos, quemaron a la cosa, la desaparecieron, y donde alguna vez estuvo pudimos ver por fin la puerta que llevaba a la biblioteca al igual que a aquella muchacha tratando de recuperar su respiración mientras que el Doc la levantaba y yo con gusto le ayudaba también de pie, el Doc vitoreo su llegada y también la muchacha, parecía que se conocían de hacia tiempo, me alegraba, sabia que entonces no solo estábamos en buenas manos si no que también teníamos una mejor oportunidad de pelear contra lo que fuera que debíamos encontrar allá arriba, donde se llevaban los rituales de los Masones, una Logia, nos había dicho el Judío.

Subimos todos en grupo, los gemelos fueron los primeros en indicarlo y los demás seguimos el entendimiento, habían telarañas descomunales por todos lados, la mas pequeña era mas o menos de mi tamaño, yo mido cinco pies y ocho pulgadas, no seré grande pero no conozco a un animal, una araña, tan grande o mas grande que yo, había escuchado que en África o en el Amazonas tales cosas existían pero aquí estábamos en Filadelfia, en un edificio cerrado, yo estuve aquí hace solo dos días, no había nada de esto, solo estaban las dos sillas afuera donde dos tipos se sentaban con sus espadas y dejaban pasar solo a algunos, ¡esto es una locura!

Los Gemelos nos dijeron que tuviéramos cuidado, que las puertas estaban marcadas con grabados de guardianes antiguos y de los cuales los mortales temían hacia siglos, desde que vivíamos en el mar, en la oscuridad del mundo cuando no había nada mas que ellos y “los antiguos”, sea lo que sea eso.

Lentamente ambos abrieron las puertas dobles y pasaron al interior dando un solo paso, una voz les pregunto algo, no escuche, no quería saber nada, mientras menos supiera mejor, ahora estaba agradecido de que mi educación no me diera para mas y de alguna manera espero que mi hijo nunca llegue a conocer algo de esto, espero por Dios que jamas le toque ver como las que vi ese día.

En aquel lugar se sentía un ambiente denso, los gemelos tardaron creo un minuto o dos pero parecía ser una eternidad, lo hicieron todo con calma, les preguntaron algo y respondieron al mismo tiempo mientras hacían algunas figuras y formas entre ellos, todo pareció acabar después de que dieron media vuelta y nos indicaron que pasáramos pero que no nos alejáramos mas de diez pies de ellos. Lo que había alrededor de nosotros no lo podía percibir correctamente, estaba todo oscuro, solo podía ver ojos por todos lados, parecían ser peces o alguna clase de criatura marina, apestaba de una manera horrible y se escuchaban respiraciones muy pesadas provenir de aquellas sombras al igual que murmuros en lenguas que jamas había escuchado, no, no era eso lo importante, lo que venia era lo que si era de temer, Dios sabe que le temo a el y lo tengo a el sobre todas las cosas pero si existe un demonio, un infierno, aquel momento se convirtió en el mio, lo vi venir de una manera tan abrupta que en mi mente creí caer a un abismo sin fondo.

Los gemelos abrieron las puertas de golpe, sus escopetas recortadas en mano, y lo que estaba ahí adentro no era mas que criaturas traídas del mismo infierno donde Satanás en persona vivía, eso era inconcebible, arañas, deformes, gigantescas, unas sobre el techo, otras sobre las sillas, algunas sobre las paredes, pero allá, al fondo, pasando los dos pilares de la entrada que estaban cubiertos con telarañas, donde parecía que se sentaba un juez o un rey se sentaba y mandaba, estaba una monstruosidad que ocupaba un poco mas menos de la mitad de ese cuarto, era algo que jamas pensé ver, tenia cientos de ojos, miles, me miraban, sus mandíbulas, si, mas de una, babeaba con ansia y parecía gritar mi nombre al aire, parecía querer darme de comer a sus criás, no, quería correr, pero no lo hice, me mantuve cuerdo y los demás hicieron lo mismo.

El Doc fue el primero en abrir fuego, su mortal ráfaga fue desastrosa para aquellas criaturas, levanto el alma de inmediato, varias cayeron, otras gritaban y chirreaban, se arrastraban en el piso, una baba verde oscura salia de ellas y quemaba el piso y los muebles, el olor era totalmente repugnante, no se como pude mantener mi respiración andando ni mucho menos como es que no vomite, era nauseabundo lo que había sucedido; todos siguieron el proceso, incluso yo, de disparar contra aquello que palpitaba al fondo del cuarto, le destruimos en un santiamén, tanto con las balas como con aquellas esferas rojas que salían de las manos, con todo, pero de esta salieron mas de sus criás, gritando por sangre, la nuestra, la de quien fuera, todo para vengar a su madre, tocaron retirada, no entendí por que hasta que vi al Doc y a la muchacha quedándose atrás y puse atención a lo que dijeron.

-Cuida de ellos, ve que lleguen con bien- Dijo ella y le pidió al Doc que cerrara las puertas, este dudo por un momento pero lo que ambos vimos nos hizo reaccionar y movernos rápido de ahí, esta comenzó a cubrirse por llamas, pronto se convirtió en una antorcha y a toda velocidad corrió hacia lo que quedaba de la madre de aquellas infernales criaturas. Corrimos, por Dios corrimos y lo hicimos muy rápido, no lo pensamos dos veces, corrimos hacia abajo y logramos la sombra que se encontraba en el segundo piso, nos percatamos eventualmente de que cada piso parecía tener una sombra guardiana que nos había estado vigilando, Maxwell nos lo advirtió, que escuchaba pasos y veía algo moverse entre las sombras, que le vigilaba mientras avanzaba y también lo hacia con nosotros pero que no había reaccionado por que no había encontrado una probable necesidad hasta que tratamos de abrir la puerta... o quemamos aquel edificio.

Detrás de nosotros escuchamos algo que nos hizo correr mucho mas rápido y en lugar de enfriarnos la sangre nos la calentó, era el grito de una araña y el tronar de las puertas por las llamas que venían inundando el piso de arriba; la araña continuo gritando y escuchamos sus pasos persiguiéndonos, creo que venían mas pero eso ya que importaba, debíamos salir de ahí, ya.

En el primer piso vimos como Maxwell logro evadir a la sombra que se había despertado, lo hizo por un pelo de rana calva, pensé que le había tomado pero era todo lo contrario, había salido con vida de eso y nos grito a todo pulmón.

-¡Voy a prender el auto, apresúrense, corran!- No lo dudamos, era esquivar a la sombra o que nos tragara la cosa en llamas. Corrí como nunca, sentía que el corazón se me iba a salir, que el aliento se me terminaba, que las piernas me fallaban, logre esquivar la sombra, todos lo hicimos, y cuando menos lo esperamos escuchamos de esta algo bueno, que atribuyo a Dios mismo por que se que su benevolencia es grande para los que creemos en el y que la justicia divina si existe.

Aquella sombra se había confundido o tal vez había pensado mal, pero fuese cual fuese el caso esta tomo a la araña en llamas y comenzó a tragársela, gritando esta de vuelta, enfurecida, mientras que la araña trataba de picarle, de salir, de hacer lo que fuera para acabar con ese sufrimiento, los dos estaban hechos el uno para el otro.

Los carros estaban corriendo ya, salimos disparados de ahí y escuchamos como se derrumbaba parte de la estructura, a la mañana siguiente sabríamos que no quedaría nada de aquel edificio y que los Masones estaban enfurecidos por lo que había sucedido, no importaba, ya todo terminaba y habíamos salvado al mundo y yo a mi hijo.

Cuando regresamos a la oficina de la muchacha el ambiente se volvió triste pero a la vez alegre, el Doc nos dijo que no nos preocupáramos mucho, que había posibilidades de que hubiera sobrevivido aunque no quería asumir nada, esto era entre -Amanda y Dios-, nos dijo el.

El se retiro junto con los gemelos, el Doc hacia Maryland y los Gemelos hacia Vermont, nos dijeron que nuestras obligaciones y contratos habían terminado ya, decidí entonces retirarme de aquí y buscar vivir una vida tranquila y pacifica en otro lugar, en Ohio, Idaho, Iowa, lo mas lejos de aquí, tal vez incluso en California.

Recibí una buena noticia, me dejarían ir con la mitad del dinero que nos había dejado el judío, Ishmael, que eran diez mil dolares, por Dios, era una fortuna, podría comprar una granja y pagarle a gente por años sin tener que mover un solo dedo, mi hijo podría recibir una buena educación, yo podría vivir en paz... en paz, ojala.

Aquí acaba mi historia, yo me he decidido, me retiro a California con mi hijo, el dinero y el carro, el cual aprendería a manejar durante el transcurso, también me dejaron varias armas ya que me dijeron que las necesitaría, aunque no fuera muy proficiente me recomendaron entrenarme, prepararme para lo inevitable, lo acepto, todo por que mi hijo pueda vivir tranquilo y fuera de todo esto, lo protegeré, a como de lugar.

Ahora que los dejo los extrañare, son la única gente que conozco realmente ahora que Arkham ya no existe; Maxwell, el anticuario, el ricachon, el ruso que fumigaba mis campos, el Doc, los Gemelos, Ishmael, Amanda... mi ángel redentor... mi esposa... espero que este bien, al lado de Dios, rezare todos los días por ti y por la muchacha para que tu regreso suceda... construiré una iglesia con mis propias manos si es necesario para tu memoria, la de mi esposa y de todos aquellos que han sufrido a manos de estos malditos e infernales demonios, espero que algún día regreses, que así sea y podamos llegar todos a ser viejos y disfrutar lado a lado los buenos recuerdos de la vida...

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