-¡Mi
señor, mi señor!- El bufón corría rápidamente hacia el rey, un hombre decrepito
con ropa agujereada y una corona sucia, horrible y casi deshecha. -¡Se juntan
los villanos afuera, reclamarle justicia!-
-Justicia…-
El Rey se paso la mano derecha lentamente sobre su larga barba y quedose
meditando un tiempo. -¿Ya usamos las calderas?-
-Si
mi señor, les faltaba un buen baño de agua hirviente a esta gentuza-
-Ya
mandamos a los señores a aplacar a esta gente-
-También
mi señor pero muchos de estos se han puesto en nuestra contra y ahora le
reclaman justicia, uno de ellos incluso tuvo el descaro de reclamar su trono-
La preocupación del bufón parecía hacerse cada vez más evidente mientras el Rey
continuaba acariciando su barba. –Disculpe por interrumpir sus pensamientos
pero, ¿donde está su guardia mi señor?-
-Los
mande a sus casas, no necesito que estén presentes para lo que está a punto de
ocurrir-
-¿Y
qué es lo que va a suceder, mi señor?- El Rey se levanto lentamente de su silla
y se quedo de pie por un momento en silencio, era una figura altamente
estimable, alto, de complexión fuerte aun en su alta edad, con vista de halcón y
una nariz que parecía un pico, sus ojos azul cielo eran increíblemente
penetrantes y aterradores, sus manos cadavéricas pero gigantes y capaces de
tomar a alguien por el cuello y levantarlo con facilidad. -¿Mi señor?-
El
hombre avanzo hacia el balcón principal de aquel antiguo castillo que parecía estar
a punto de caerse, lamentablemente el dinero para sus reparaciones había sido
robado por la gente que debía arreglarlo y el Rey, no por ignorancia sino por
conveniencia, no había hecho nada en contra de esto aunque salió muy
beneficiado del hecho, y al hacerse ver recibió una bulla continua por parte de
la horda enardecida que invadía las afueras del castillo.
-¡Súbditos!-
La gente lentamente fue calmándose para escuchar al Rey hablar pero no faltaba
aquel que seguía gritando o clamando por su cabeza. -¡Lo quieren, tómenlo!-
El
Rey, con derecho divino, removió la corona de su cabeza y tiro esta hacia la
horda dentro de la cual estallaron brutales peleas por tenerla.
-Míralos-
Dijo el Rey mientras le apuntaba al bufón con la mano derecha –Esta gente es la
que quiere gobernar… pobres, no saben que pronto regresare-
El
Rey simplemente sonrió al ver como comenzaban derramamientos de sangre por la
corona y el bufón, su eterno y sabio compinche, comenzó a reír al entender lo
que había pasado.