Entrada
del mismo día:
Bueno,
esto se ha puesto un tanto interesante aunque no se si vamos de mal
en peor o si definitivamente la sociedad ya tiro la casa por la
ventana.
Los
policías y las mujeres tomaron un descanso, me dejaron a cargo del
volante mientras que el proxeneta manejaba la ametralladora, creo que
el peor error de eso fue decirle que el gatillo se quedaba pegado ya
que al hacerlo me regreso una sonrisa diabólica... Dios.
En
ruta a comprar algunos víveres, antes de que esto se ponga peor, nos
encontramos con una mujer, una reportera si bien recuerdo, que nos
pidió ayuda para su amiga, quien estaba apunto de dar a luz (estas
casualidades de la vida solo se pueden dar en los peores casos, estoy
seguro de ello).
La
llevamos a una pequeña clínica que recordaba estaba cerca de
nuestra posición y la entregamos al Doctor, quien parecía ser el
encargado de guardia mientras esperaba que los otros se reportaran,
no nos atrevimos a decirle nada de la situación actual para no
alterar a ninguno de los presentes ya que una mujer embarazada en
pánico, mas del que ya traía cargando por estar en esa situación,
no era buena idea ni para ella ni para el bebe.
Esperando
respuesta del Doctor escuchamos un helicóptero pasar cerca de la
posición y en menos de dos minutos ya teníamos encima a un grupo
pequeño de soldados que no actuaron al momento de llegar, examinaron
la HUMVEE de la muerte y sus alrededores, no parecían irse, abrí la
puerta lentamente para tratar de entablar platica con ellos y me
mandan plomo, yo y el proxeneta les regresamos plomo también, no
quedo mucho de ellos después de una corta y cruenta batalla.
Durante
la batalla escuche el golpe de una puerta dentro del área del
quirófano y corrí rápidamente hacia este, en el encontré al
Doctor, quien parecía tener una herida de gravedad en el cuello, a
un soldado, al cual le solté una bala pero falle por el impacto del
movimiento y de igual manera el fallo pero por tirarse al suelo para
evitar la bala de escopeta; la mujer que venia con nosotros, la
reportera, se veía un poco espantada por lo que estaba pasando, en
su mano derecha sostenía una maquina extraña que no había visto y
usaba guantes esterilizados, su amiga, la embarazada, estaba en una
mesa, se veía desmayada por el esfuerzo o al menos eso había
pensado originalmente hasta que se levanto y comenzó a devorar al
soldado que había entrado por la puerta de atrás.
No
quedo mucho de el después de caerle encima, del Doctor tampoco quedo
mucho, le arranco la traquea completa y este entro en pánico
completo al tratar de respirar y encontrarse imposibilitado de ello,
cuando fue mi turno termine por volarle la cabeza con mi hacha, no
iba a dejar que me tocara aquel monstruo infernal, la cabeza floto en
el aire por unos segundos antes de chocar contra el suelo, todavía
tratando de devorarme, masticando y castañeando los dientes, los
ojos todavía mirándome fijamente... que extraño es esto, ¿como es
posible, serán reflejos, sera así como funcionan estas criaturas,
puro instinto?
La
reportera no pareció intimidarse por aquella escena, algo que se me
hizo bastante raro en una persona como ella pero si tomo en cuenta
que es reportera no debería, tal vez viera cosas peores en algunas
escenas de crímenes o que se yo.
Nos
retiramos pero no antes de buscar una manera de darle eutanasia a los
dos soldados que quedaban con vida pero incapacitados, un poco de
morfina les daría algo de relajación o al menos los mandaría con
Morfeo antes de que murieran, el proceso no fue muy difícil aunque
paso algo que todavía no comprendo.
Según
la mujer y el proxeneta, quienes entraron a la clínica, al momento
de regresar apareció el bebe de aquella mujer, vivo, arrastrándose
por el suelo, y con una intención viciosa de devorar carne, el
proxeneta se encargo de destruir a la pobre criatura, evento del cual
me siento privilegiado de no haber visto por que hubiera sido algo
completamente traumatizante pero no para aquel hijo de puta
enfermo... ¡por Dios!
La
mujer sufrió una herida ligera en una pantorrilla, después de un
cambio de zapatos y ropa, que necesitaba ella por motivos...
extraoficiales, decidió cuidarse la herida e inyectarse morfina,
toda la maldita jeringa, por lo que termino fuera de si casi
inmediatamente. A aquellos pobres soldados les administre media
jeringa e igual salieron de este mundo bastante rápido por lo que
todavía no comprendo cual es la cantidad requerida para anestesiar
ligeramente a alguien... después tendré que averiguarlo, cuando una
horda no quiera comerme vivo.
Oh si,
la horda.
Cuando
nos decidimos a salir de ahí, después de comprar algunos víveres
en una tienda cercana al igual que agua y otros bienes necesarios
básicos, se voto por consenso general, entre el proxeneta y yo de
hecho, que debíamos viajar hacia su casa en la colonia Altamira para
recuperar sus cosas. En el proceso de hacerlo tome la ruta mas rápida
y me encontré en el Hospital General de la ciudad, el mas grave
error que pude haber hecho...
El
trafico nos paro a algunos metros del Hospital, tome una ruta alterna
anexa pero estábamos en la misma posición, no podíamos avanzar o
retroceder, el proxeneta me advirtió de lo que estaba pasando, venia
una horda de gente, lentamente, desde el Hospital y ya sabíamos que
era.
Lance
un tiro al aire para que se alejaran todos los automovilistas, los
estúpidos entraron en pánico y no sabían que hacer.
100
metros y avanzando, calculábamos 200, tome un cigarro al igual que
el proxeneta y comencé a fumar rápidamente, un trago de una botella
que compramos con los víveres me calmo los nervios pero no fue
suficiente, aquello era un infierno, una marea, que lentamente se
comía todo lo que tocaba, el proxeneta abrió fuego sobre ellos,
cayeron varios, algunos civiles sufrieron en el proceso, pedazos de
metal volando por todos lados, mi propósito era mover la HUMVEE
hacia la canalización que estaba cerca de nosotros y salir de ahí,
aquella bestia no se dejaba mover y los carros bloqueando el paso lo
hacían mas difícil.
80
metros y avanzando, pensábamos que unos veinte habían caído ya,
jale otro tirón del cigarro, mas balas salieron a toda velocidad,
tiros largos y sin precisión, simplemente tenían el propósito de
destruir lo que estuviera cerca de nosotros, el forcejeo con el carro
no daba resultados.
60
metros y avanzando, ya los podíamos ver, eran esas cosas, lo
sabíamos, no ocupábamos verlo, pero el hacerlo hizo que nuestras
mentes y corazones trabajaran el doble de rápido, seguí forcejeando
con el carro mientras hartaba al cigarro con colores naranjas y
rojos, las balas no dejaban de volar, pedazos de todo flotando en el
aire, carros destrozados, huesos, carne, piel, metal, esto se volvía
un infierno y no paraba.
40
metros y avanzando, tome un rifle que estaba a mi lado y solté una
ráfaga a los mas cercanos, los vi caer pero no estaba seguro si
estaban finados o no, la ametralladora continuaba su violenta ráfaga
sobre todo lo que se moviera, incluso creo que lo de pegarle a los
civiles lo hizo a propósito pero a estas alturas ya no me importa,
la sociedad esta a punto de colapsarse y esta es mi menor
preocupación ahora.
20
metros y avanzando, nuevamente forcejee con aquella maquina y no
logre mucho, todavía tenia problemas con los cambios y el bloqueo me
seguía cortando el camino aunque no estaba lejos, pero tampoco
cerca. Las balas se acabaron en la ametralladora, la mitad o menos
había caído pero algunos se seguían levantando, si el infierno
tiene rostro este es.
Sobre
nosotros, y la maquina se movió de manera violenta, empuje todo lo
que estaba a mi paso y salí de lado por la canalización, inclinados
pero seguros, lentos pero firmes, aquellas criaturas infernales no
pudieron seguirnos el paso, que bueno, realmente estaba agradecido
por eso. Salimos de ahí lo mas rápido que se podía, en el proceso
notamos que los muertos vivientes salían por las ventanas, en
algunos casos eran metros y metros de distancia, se levantaban y
caminaban, que terrorífico era ver todo esto; dejamos atrás todo
aquello para nunca jamas regresar... espero.
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