Esa
computadora era la cosa mas rara que había visto en mi vida.
Para
empezar usaba un tipo de memoria llamada R2, se parecía mucho a las
memorias que usamos hoy en día dentro de la familia DDR o sus
predecesores pero esta tenia cuatro divisiones que encajaban en un
espacio minúsculo, la memoria en si era de un grosor milimétrico
pero lo suficientemente dura como para no quebrarse, y una vez que
entraba en su espacio correspondiente se quedaba encerrada en un
plástico que la aislaba de sus muchas hermanas, aunque creo que la
memoria entraba en una ranura que estaba en una tapa y no en la
tarjeta madre en si, posiblemente un método de prevención para que
siempre estuviera cerrada.
Recuerdo
que cada una era de 128 GB y había al menos unas 16 de ellas en
total.
No
recuerdo discos duros o alguna otra clase de manera de almacenamiento
visibles en ninguna parte, tampoco el procesador pero recuerdo que el
poder de la maquina era inferior a la de aquellos tiempos aunque
mucho muy superior al que manejamos hoy en día, la medida ya entraba
entre los cientos de giga-hertz.
La
tarjeta de video era un bloque gigantesco de tres ranuras, algo
parecido a las SLI que usamos hoy en día, pero no tenia ningún
conector visible en la parte donde usualmente debería tener
conectores. En su lugar tenia una clase de agujero que producía un
campo electromagnético, esto sucedía cuando la maquina estaba
encendida, y ahí podía conectar una clase de cable o extensión, la
cual flotaba en medio de esta, de una base que mandaba una clase de
señal inalambrica al monitor.
El
monitor giraba la vista hacia donde uno estuviera mirando, es decir
que mientras estuviera dentro del rango del ojo humano el monitor
este siempre vería la imagen como si estuviera viendo el monitor
directamente y no de lado. El aparato en si era un pedazo de cristal
semi-ovalado, solo podía uno observar la imagen cuando estaba
encendido.
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