Caminando
por uno de los bulevares de la ciudad me decidí a cruzar hacia el
otro lado pero mi intento era impedido por la cantidad de carros que
pasaban constantemente, espere hasta el momento adecuado para cruzar
y mientras lo hacia vi a un aventurero que decidió hacer el viaje
así como iba, sin miedo.
Tres
segundos después el hombre estaba a medio aire, un automóvil
frenaba y derrapaba, el hombre iba dando vueltas sin control en el
aire, los zapatos le habían salido volando, uno cayo en el asfalto y
el otro sobre el camellón. Mi instinto natural fue el de tratar de
sacarlo de ahí pero no ocupaba hacerlo, cuando el hombre finalmente
sucumbió al poder de la gravedad este lo hizo con el cráneo, sus
sesos derramados por todo el asfalto, un espectáculo digno de un
show de terror.
Una
ambulancia llego segundos después, declarado muerto en el acto solo
faltaba trasladarlo a la SEMEFO, el conductor por su parte seguía en
pánico, todavía no podía creer que lo había matado y no se dejaba
de culpar por ello, era un hombre joven, manejaba un pequeño toyota
tercel, quedaron las marcas del impacto en el frente, nada mas, no
había mas que denotara lo que acababa de pasar, minutos después el
cuerpo ya estaba lejos, el hombre detenido y la calle había sido
limpiada, la vida en ese pequeño cuadro continuaba como lo hacia
alrededor.
Desde
ese incidente siempre espero los altos y busco la mejor manera para
cruzar una calle...
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