La
verdad Pura y las Razones de su Martirio
Había
un hombre hace muchos años que adoraba la verdad.
Un día
se apresuro a llevar a su pequeño hijo, su tesoro mas preciado, a la
cama pero este le pidió primero que le contara una historia.
-Papi-
Le dijo -, cuéntame una historia- El hombre le había negado la
historia a su hijo, este le volvió a insistir. -Anda, hablame de
algo- El hombre reflexiono por un momento y pensó que es lo que
podía hacer para solucionar su problema, de inmediato se dirigió
por un viejo libro y lo abrió para después cerrarlo inmediatamente.
-¿Que pasa papa?-
-Te
contare una historia de hombres honestos y de buenos valores- El niño
miraba atentamente su padre el cual suspiro y comenzó a respirar de
manera apresurada, sudor corriendole por la frente de manera lenta y
dolorosa como si hubiera hecho demasiado ejercicio. -En el mundo
existen muchas personas y entre ellos existen varios tipos, algunos
quieren ser tus amigos y otros te querrán hacer daño-
-¿Por
que?-
-Por
que viven su vida cegador por la venda de la ignorancia-
-¿Por
que?-
-Dejan
que otros dicten lo que deben hacer, pensar, escuchar. Recuerda que
jamas debes hacer eso y que siempre debes buscar la verdad. Debes
evitar creer en rumores y mentiras, duda de las malas lenguas y
reflexiona siempre en todo aquello que escuches hablar o que llegues
a leer-
-Pero
me miran feo cuando lo hago-
-No
debes hacerles caso. Esa es la gente que no quiere ver la luz de la
verdad. Tu siempre debes ver por esa luz, siempre debes buscarla y
abrazarla para que después tu puedas darles aunque sea un diminuto
rayo, conviértete en Prometeo- Una serie de golpes interrumpió la
lectura y de manera apresurada este continuo. -Recuerda, siempre
debes buscar la verdad, nunca debes caer en pozos sin fondo de
ignorancia y vicios, se fuerte, ama a tu hermano el hombre y cuida de
las mujeres- El hombre dio un beso al pequeño y se retiro
rápidamente con el libro en mano pero no sin antes cerrar la puerta
de ese cuarto con llave y guardarla en el librero del cual había
tomado su libro. Los golpes continuaron, el se acerco a la puerta
principal y se puso frente a ella mientras sostenía el libro en
alto. No paso mucho tiempo antes de que la puerta explotara en una
plétora de astillas y trozos de madera, una luz cegadora viniendo
del otro lado y un silencio ensordecedor que parecía durar una
eternidad, el hombre fue el que rompió el silencio.
-¡La
luz vencerá la oscuridad!- La voz resonó en el cuarto y seguido una
ráfaga de balas interrumpieron el abrumador grito del hombre. Este
se encontró en el suelo en un charco de su propia sangre, tratando
con toda su fuerza de no soltar el libro pero a la vez sintiendo que
las fuerzas se le iban rápidamente. Un grupo de hombres irrumpieron
velozmente y comenzaron a destruirlo todo, en el transcurso de este
evento alguien se tomo la molestia de acercarse al hombre y
observarle con detalle pero la mayor parte de dicha atención fue
puesta en el libro que sostenía en sus ahora frígidas manos y el
cual este terminaría por tomar, examinar y finalmente esconder.
Una
vez terminado el siniestro evento y al encontrarse todos de vuelta en
el cuartel el hombre comenzó a estudiar el libro y después de leer
unas paginas y encontrarse con los ojos llenos de lagrimas decidió
buscar al hijo del hombre y cuidar de el hasta que fuese de edad para
revelarle la verdad y entregarle el libro de su padre.
-Toma,
este libro perteneció a tu difunto padre y el me ha guiado estos
últimos años por un nuevo camino al igual que yo he tratado de
hacerlo contigo- El hombre le entrego el libro y le dijo -Que no
quede mancha en su memoria ni en la tuya y que su legado sea una
bendición, un haz de luz dentro de un mar de oscuridad y el regalo
mas puro que puedas recibir-
El
joven al leer brevemente el titulo y una parte del contenido de la
introducción dejo caer una lagrima y agradeció al hombre que había
rescatado el libro. -Así lo recibo y así lo conservare-
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