No
todo siempre fue silencio en el frente, no todo siempre fue un “sin novedades
en el frente”, no todo fue una respuesta tan vaga ni sencilla para aquellos
hombres y mujeres que vieron, escucharon y vivieron las atrocidades de la
Primera Guerra Mundial, esos cuatro años de dolor que Europa en toda su vida,
desde los Romanos y antes hasta antes de la Primera Guerra Mundial, había vivido
con tanta intensidad, ni juntando todo el dolor de estos eventos previos se
puede comenzar a comprender realmente el significado de la palabra dolor,
indiferencia, odio y, finalmente, tristeza.
La
obra de Erich María Remarque, Sin Novedad en el Frente, es una brutal visión
acerca de lo que paso en aquellas épocas, un evento que a él le toco vivir
personalmente y del cual se alejo por heridas sufridas en la contienda, aunque
el mismo nos avisa, con previa anticipación, que su obra no pretende criticar
ni acusar a nadie, simplemente se trata de informar al lector los eventos
sucedidos durante la contienda en el frente oeste[1],
un frente que cubría todo Europa, de mar a mar, por medio de un complejo de sistema
de trincheras, por parte del bando Alemán.
En
el libro conocemos a unos personajes típicos, pero no tan típicos en algunos
casos, y de cierta manera estereotipados como lo fueran aquellos jóvenes, y no
tan jóvenes eventualmente, que decidieron entrar a la refriega después que su
profesor, un hombre, un tal Kantorek, que reclama una hazaña heroica y
patriótica, les hizo beber un néctar ultra-sagrado, una ambrosia tan deliciosa
que era innegable para aquellos jóvenes tan bravos como el mismo Alan Seeger[2] lo
pidiese en su poema tengo una cita con la
muerte, mana del heroísmo, del calibre de Arminio[3],
aquel que derrotase tres de las mejores Legiones Romanas en el cenit de Roma
misma y continuara con vida para el mismo poder, orgullosamente, admitir su
hazaña, con un “inspirador” discurso, pero, como era de esperarse, este mismo,
al ser reclutado, carecía de aquel heroísmo y patriotismo el cual tanto
pregonaba y se sentía ofendido al encontrarse en aquella unidad de reserva a la
cual le habían mandado para servir al Reich[4] de
Guillermo II. Estos jóvenes, de apenas dieciocho años de edad, se encuentran en
una situación un tanto precaria, complicada para algunos otros e incluso letal
para uno de ellos, al encontrarse con un personaje que terminan odiando y al
final amando, dicho personaje es consumido por su poder y se vuelve prepotente,
arrogante, molesto y es ignorado tanto por la tropa que entrena, los jóvenes
antes mencionados, y los oficiales arriba de este mismo los cuales le ven como
una burla. Sin divagar mas, se nos deja saber que estos jóvenes, reclutados por
los tiempos de 1915, han visto ya el furor completo de la batalla por dos años
y entrando al tercero, que sería en 1918, se encuentran que ya no son jóvenes[5],
son hombres que han matado, son hombres que no tienen camino al contrario de
aquellos que ya tenían una familia, carrera o propósito antes de la guerra,
algo a lo cual pueden regresar una vez terminado todo esto, si alguna vez
acababa claro estaba, y que esto les hacia luchar con un propósito lo cual era
totalmente opuesto a lo que ellos vivían en esos momentos, ellos no habían
terminado la escuela, no tenían un trabajo, su familia y amigos era lo único
que tenían pero no les bastaba, el mundo no podía comenzar a comprenderlos, el
mundo no los quería pero a la vez los necesitaba y respetaba, están perdidos y
no saben que es lo que pasa con todo lo que está a su alrededor.[6]
Es
también, buen lector, de interés el hecho de que los soldados Alemanes,
consientes de que ellos eran los superiores y vencedores definitivos de la
contienda, claro hasta la llegada de los Americanos en 1917 con personal fresco
y equipo totalmente nuevo, pero continuamente hacen burla de su mismo mando
quien da importancia a cosas banas o menores a las que realmente le debería dar
importancia[7],
el cual parece ser carente de visión o de tacto, esto derivado del casi nulo
contacto con la realidad que viven las tropas dentro de las trincheras y los
horrores que deben presenciar día a día[8],
aquello que le está dando a los soldados a pensar que esta es una guerra
inútil, la futilidad de la guerra[9],
aunque en la milicia hay que entender que la palabra tacto se puede ver definir
mejor, en su léxico, como una bayoneta que atraviesa a alguien y no como un
hecho de bondad o caridad, tal vez si pero en otros términos como se descubre
un poco adelantada la obra en donde el joven Paul Baeumer, por el cual vemos
los ojos, se toma la molestia de cuidar a un Francés herido de gravedad por su
propia mano, con una bayoneta, para que este muera eventualmente lo cual lo
deja en un modo de pánico temporal del cual sale una vez que se encuentra con
sus hermanos de guerra, sus camaradas como él les llama y la única fuerza que
le motiva a él y a los demás a seguir peleando, la supervivencia es esencial
entre ellos y no dudan en ayudarse, tanto que llegan a realizar acciones que,
en otros tiempos, denotan valentía y heroísmo pero hoy, solo por hoy, denotan
hambre y cansancio, nos dejan ver que a pesar de que la supervivencia es el
instinto esencial esta puede quebrarse al momento de llegar el hambre, llegando
a actos bastante infames o bajos, incluso actos que pueden costarles la vida
solo por buscar un poco de alimento y el mismo Paul Breumer a hablar de esto en
momentos de paz, cuando incluso en esos tiempos se tienen que dedicar a buscar
el sustento de todos los días.[10]
Pero
nuevamente, aquí existe una palabra clave, la camaradería.
Durante
toda la historia hemos de entender que estos hombres, vueltos literalmente filósofos,
ya no pelean por patrias, banderas, suelos o ideales, a pesar de que interesantemente
estos mencionan que entre “el suelo que se ama y el estado existe,
efectivamente, una diferencia”[11], todo
esto ya quedo pisoteado después de que la artillería enemiga destruyera una
infinidad de miembros, personas e incluso caballos. Caballos. Suena un poco
fuera de tema o contexto, porque caballos, que tienen de importancia, debemos
recordar que en aquellas épocas se encontraba una transición muy fuerte, una
donde el hombre era vencido en su totalidad por la maquina, donde las
ametralladoras y la artillería dominaban supremo el terreno de no-mans land[12],
donde la aviación comenzaba a jugar un rol muy importante, la medicina avanzaba
de manera rápida aunque a veces no tan eficaz por la falta de recursos, una
época donde la industrialización por fin jugaban un rol importante en la
soberanía y permanencia de una nación, cambio de tácticas de combate, la
introducción del tanque, que aunque no era muy efectivo al principio termino
por convertirse en un arma totalmente terrorífica para los alemanes, los
lanzallamas, el gas mostaza, los francotiradores a la orden del día pero a
pesar de todo esto, de la muerte y destrucción a su alrededor, algo que nunca
podrían evitar en su corazón ni en su memoria era olvidar todo esto, la
inhumanidad del hombre, su descenso furioso hacia el barbarismo, como efectivamente
la guerra se ha vuelto como una enfermedad y todos están infectados por ella[13]
pero tampoco debemos olvidar como gritan los caballos… como relinchan
furiosamente por sus heridas, como corren y se tropiezan con sus mismas
entrañas, liberadas por un pedazo de artillería que les cayó a un lado o
encima, no importa, los caballos no dejan de gritar y esto aterroriza más que
si un hombre gritara de dolor, no es lo mismo dejar que un hombre sufra a que
un animal lo haga, el pobre no tiene la culpa de estar ahí, tampoco el hombre,
pero ambos, como buenas mulas, han sido forzadas al campo y sufren igual[14].
Es
un infierno pero estos hombres son tan duros y su amor tan grande por el
prójimo que pelea a su lado que no se puede evitar dar la vida por ellos en
incontables ocasiones, por mas maquinas brutales de guerra, muerte y
destrucción que fuesen también tenían su lado amable pero se sabe que también
los buenos mueren primero y es por eso que al final ya no quedan más que
chicuelos de dieciséis años para luchar esta guerra que se ha extendido de mas,
tanto en espacio de tiempo como en territorio, en eventos sociales que
terminarían en la caída del Zarismo en Rusia y la implementación del Comunismo
por parte de Lenin y su comitiva o la disolución del Imperio Austro-Húngaro ya
casi dada por terminada la guerra y un hecho que empujo a Alemania a considerar
el armisticio a como diera lugar, el cual ya tenía considerado desde 1916 pero
no se podía dar el lujo de tomar viendo las condiciones favorables que se
tenían todavía en ese momento, no saben lo que les espera por lo que prefieren
estos mismos veteranos, según los rumores, terminar con ellos primero antes de
que el enemigo lo haga[15].
No saben lo que es realmente pararse a pelear, no por su patria, por su vida.[16]
Eventualmente
y de manera lógica la camaradería tiene un límite, duele el hecho de perder a
tantos y un simple murmullo de un Comandante, el cual fuese como un padre de
estos hombres, es más que suficiente para entender este hecho[17]. Paul
Bremer es el que nos explica la situación con más detalle, uno que
anteriormente habíamos mencionado y que se debe tomar en consideración, con
respecto a la superioridad Alemana y sus soldados.
Menciona
que la guerra se ha perdido no porque no supieran como pelear, no porque no
estuvieran preparados, la han perdido por que los Americanos e Ingleses tienen más
comida que ellos, comida que no les causa una efeméride de enfermedades
brutales, tienen artillería que si funciona y no viven con el temor de que
posiblemente una bala de artillería caiga en una trinchera aliada, tienen más
municiones que ellos, tenían municiones,
tenían comida, tenían gente, tenían, y
los Alemanes literalmente habían despoblado sus tierras, dejando solo a jóvenes
y viejos para servir en las filas, y los animales, a falta de maquinaria,
escaseaban gravemente, para colmo los aviones y los tanques hacían una tarea
brutalmente eficaz, no se cansaban y estaban disponibles a toda hora siempre y
cuando tuvieran a un conductor o piloto disponible, los soldados Alemanes ya
estaban hartos de todo esto, algunos decidían dejar las filas[18] y
regresar a casa, lo cual no era tan difícil ya y si existía alguna clase de
tribuna militar que les quisiera hacer un cargo este ya no era tan severo, la
situación actual no lo ameritaba y en muchos aspectos estos comenzaban a
entender las causas de por qué estaban perdiendo la guerra y que el método
militar de enseñanza, a través de torturas en algunos casos, no estaba dando
los resultados esperados.[19]
¿Valió
la pena todo esto, valieron la pena cuatro años de guerra y destrucción para
Europa?
Muchos
no quedaron en sus cinco sentidos, algunos sufrieron de Shell-shock[20],
el cual va de la mano con la mirada de las mil yardas[21],
y otros tuvieron que pelear contra los fantasmas de la guerra, sus pesadillas,
sus recuerdos más horribles, en sus respectivas naciones, en el caso de
Alemania se tuvo que vivir en un país que veía un cambio drástico de gobierno,
cambiando de una monarquía a una republica, la republica Weimar[22]; esta
republica debía también altas cantidades monetarias a los países victoriosos
por motivos del tratado de Versalles, el cual pedía reparaciones de la guerra a
Alemania y el desarme de esta para que nunca pudiese volver a pasar algo como
esto, y Estados Unidos, aprovechando los post-efectos de la Primera Guerra
Mundial, vio un increíble boom al tener harta clientela disponible para hacer
negocios, a esta época se le conocería eventualmente como los roaring 20’s[23],
que de igual manera afectaría a toda Europa en general, incluyendo a Alemania,
creando así una época de prosperidad que terminaría, lamentablemente, con la
caída de la bolsa de valores en 1929.
Hablando
de tragedias y victorias solo queda una cosa más que preguntarnos.
¿Qué
tan lejos o que tan bajo puede llegar el hombre y la Humanidad?
La
respuesta es clara en la obra de Remarque, los hombres dejan de creer en muchas
cosas y los soldados mas, incluso dejan de creer en Dios, pero en lo que nunca
dejan de creer es en ellos mismos y en sus amigos, sus camaradas, sus hermanos,
creen que manteniendo esa unión se genera fuerza, supervivencia, se crea una
memoria y se crea honor mas allá del Nacionalismo vacio, mas se debe tomar en
consideración que cuando se aplica bien y con justa razón este puede mover
naciones para un beneficio común[24]
que ha estado invadiendo a la Humanidad desde su concepción a la cual podemos
añadir incontables naciones y nunca terminaría esta lista. Los héroes no
existen, los traidores tampoco, son concepciones vagas y muy vanas del pueblo y
los historiadores, de los gobiernos, de aquellos que les convenga mas una cosa
que la otra, la verdad no se puede alcanzar a plenitud, existen demasiadas
variables encontradas y lamentablemente nunca podremos examinar a detalle la
mente de un personaje, menos cuando usaba una máscara para vivir su vida, y es
lo que se nos explica con esta obra, la cual fue vetada y quemada en Alemania
ya que contrariaba rotundamente la teoría de que los Judíos habían sido
responsables de la derrota Alemana, una de las piezas clave sobre la cual el
partido Nacional Socialista y Hitler habían construido toda su ideología, y no
la misma arrogancia Alemana, por lo que solo me queda agregar una parágrafo propio
que va de la mano con este ensayo.
-¡Los
sueños son capitales para que los Traidores y Héroes vivan eternamente, no los
dejen morir que de lo contrario no tenemos por qué pelear!- Pregonaba un hombre
viejo por las calles de una fría y decadente ciudad cuando una persona, con
semblante frio pero bien cortado, se acerco a este y le dirigió, con gran entusiasmo,
la palabra.
-Mira,
hombre viejo, yo peleo por mí, por mi persona, por aquellos que son cercanos a mí
y por la población civil, dentro de la cual buscare los que se lo merezcan
realmente, y cuando llegue el tiempo preciso para que aquellos caigan lo harán,
ejecutados en plazas públicas como enemigos del Estado, sus cuerpos incinerados
y sus huesos molidos hasta que quede polvo con el cual construiremos un camino
que lleve directamente a la plaza de la Capital y cuando la gente pregunte,
generaciones después, y, oh yo se que lo harán, el por qué este camino es
blanco les podremos decir que aquella paz blanca, sobre la cual pueden caminar
ahora libremente sin que nadie los detenga, fue construida con las cenizas de
enemigos y aliados de esta nuestra Gran Nación para que así nadie pueda
reconocer a héroes de traidores.- El hombre sonrió y le tiro una moneda al
viejo. –Aquí está lo que valen sus sueños y sus palabras, un pedazo de metal
dorado redondo, posiblemente más viejo que usted y con el mismo valor que sus
palabras, nada, absolutamente nada, pero extrañamente todos se matan y, mas irónico
todavía, solo unos pocos lo obtienen, por lo tanto amelo y pregone también a su
nombre que ambos son la misma cosa, la misma basura-
[1] (Remarque 2004, P. 1)
[2] Alan Seeger fue un poeta Americano que peleo en la primera guerra
mundial y moriría durante esta misma, en 1916, después de recibir varios tiros
de ametralladora pesada.
[3] Arminio fue un soldado auxiliar que sirvió a Roma durante varios
años. Al enterarse que Roma mandaría a un gobernador que había dejado pobre a
otra región del Imperio este decidió tenderle una trampa y aniquilar a las tres
Legiones que mandaban, nadie quedo con vida y Arminio vivió muchos años para
contarlo, el único que lo logro de hecho.
[4] Reich proviene del
Alemán, significa Reino o Imperio
[5] (Remarque 2004, P. 12)
[6] (Remarque 2004, PP. 76 - 77)
[7] “Veras, perderemos la Guerra porque sabemos saludar demasiado bien”
(Katczinsky, un soldado ya veterano y una persona bien vivida, menciona esto a
sus camaradas, los jóvenes que pelean junto a él, en un pequeño tiempo de paz
que encuentran) (Remarque 2004, P. 26)
[8] (Remarque 2004, PP. 28 - 29)
[9] (Remarque 2004, P. 27)
[10] (Remarque 2004, P. 74)
[11] (Remarque 2004, P. 124)
[12] No-mans Land viene del
Ingles y significa “la tierra donde no hay hombres” o “la tierra de nadie”. Es
el nombre proporcionado al espacio entre las trincheras enemigas, un terreno a
veces corto y otras largo, lleno de agua, lodo, muerte, ratas gigantescas y si
uno no se cuidaban, su fin.
[13] (Remarque 2004, P. 124)
[14] (Remarque 2004, PP. 40 - 41)
[15] (Remarque 2004, P. 143)
[16] (Remarque 2004, P. 17)
[17] (Remarque 2004, P. 85)
[18] (Remarque 2004, PP. 141 - 142)
[19] (Remarque 2004, PP. 142 - 144)
[20] Shell-Shock es también
conocido como fatiga de combate y es un tipo de neurosis que identifica un tipo
de estrés y fatiga extenuante causada por el mismo. En casos más graves los
soldados no solo no podrían combatir si no que tampoco podrían llevar una vida
normal, jamás.
[21] La mirada de las mil yardas es una seña de un desorden de estrés
post-traumático. Cuando un hombre ha vivido suficiente en el campo de batalla
de pronto se pierde en el, estos hombres se desconectan de la realidad y se
vuelven en maquinas. Están inconscientes de ciertos traumas. Dejan de ser
Humanos en todo el sentido de la palabra.
[22] La Republica Weimar se funda en 1919, gracias a la Revolución de
Noviembre dentro de Alemania, y finaliza
en 1933 cuando Adolfo Hitler llega al poder y se declara Fuhrer de Alemania, disuelve el Parlamento, los Partidos Políticos
y los Sindicatos.
[23] Los Roaring Twenties o
los Felices Años Veinte es conocida como una época de prosperidad absoluta en
el ámbito económico donde Estados Unidos, y partes de Europa eventualmente. La
caída de la bolsa de valores pone fin a esta época y sume al mundo en una grave
crisis económica parecida, pero no tan drástica, a la que se viven en el mundo
actualmente desde el 2008.
[24] Alemania Nazi y la Francia Imperial son un ejemplo claro de esto
aunque el autor debe hacer hincapié que la pantalla del Nacionalismo no es
justificación para una dictadura, ni el uso, o más bien abuso, de una policía
secreta o dobles agendas que terminen por afectar más al país, a la larga, de
lo que puedan hacer por él, como ejemplo claro el plan de exterminio de Hitler.
Si una Nación debe ejercer su poder y defender su soberanía, por ejemplo,
entonces que sea por necesidad y no por “cosas de Imperio” o de “Honor”, eso
esta exageradamente trillado y se le conoce como Imperialismo y no
Nacionalismo.
Bibliografía.
Remarque, Erich Maria. Sin
Novedades en el Frente. España: Purrua, 2004.
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