“Despierta,
horrendo mentecato” Scott Navarro escucho a lo lejos, existía solo oscuridad en
ese momento, algo de confusión pero principalmente oscuridad y un sentido
latente de dolor que iba incrementando cada segundo, lentamente las acciones
motrices regresaron, la memoria, su vista, la cual lentamente se centraba sobre
su escritorio, y el vomito que había dejado sobre este y un cráneo humano, del
cual desconocía su origen o propósito en su oficina.
“Bregh…”
Fue lo único que Navarro pudo producir. La voz resonó potentemente casi sobre
su oído derecho.
“¡Mira
nada mas, una basura, que caray!” Lentamente la mirada se fue fijando sobre la
oficina sin poder encontrar la fuente de la voz que continuaba regañándole,
vencido decidió recargarse sobre la silla y concentrar su atención en un pedazo
de vidrio que sobresalía de su brazo derecho y el torrencial de sangre que había
bañado a este.
“Otro
para la colección”
“¿Otro?
¡Que descaro, verdad de Dios con usted!” El pedazo salió de manera rápida y lo
tiro hacia una esquina donde tenía basura de todo tipo, desde pedazos de
comida, botellas hasta algunos casquillos y lo que parecían ser dientes. “Una
pocilga esto, nunca en mis tantos años me había encontrado en tanta desgracia
yo”
“¿Quién
carajos habla?” Analizando el cuarto nuevamente este no encontró nada más que
el poco inmobiliario que tenía en esta oficina, la basura, algo de ropa y lo
que se encontraba sobre el escritorio de lo cual sobresalía aquel peculiar cráneo.
“¿Esto es algo como el ser o no ser?”
“No,
esto es algo como el que tu eres un papanatas y yo no merezco este trato, ¡fui
muy importante en mi época sabes!” Al acercar la mano hacia el cráneo la voz
comando. “¡NO me toques, es la primera y última vez que te lo digo!”
“Un
cráneo que habla… que original…”
“No,
estúpido, yo no soy un cráneo, soy el General”
“¿General,
que general?”
“¿Cómo
que que general, que es eso, soy el único General del que alguien podría estar
interesado en hablar, tu… tu… malvada y flagrante bestia ignorante e inútil,
incompetente, inservible y todas las frases que comiencen con ‘i, ene’ que se
me puedan ocurrir y se le olvidan a esta pobre mente!” La voz parecía desgastarse
al hablar como si se le acabara el aire pero principalmente la paciencia.
Navarro rápidamente saco su pistola y la apunto al cráneo. “¿Tan cobarde es que
le duelen unas simples palabras, que obvio es usted!”
“¡Muérete
mierda, muerte, MUERE, PUDRETE EN EL INFIERNO DEL QUE VENGAS!”
“Primero
tu, bestia, porque con ese lenguaje no llegas a ningún lado, ni al infierno
mismo por que no te lo mereces como se lo merecieron aquellos perros de Villa y
Zapata”
“NO
ME IMPORTA-- Ah cabron… ¿momento, que dijo?”
“Escúcheme
bien, estropajo deshilachado, que yo soy el único que puso orden a esta nación por
más de treinta años y a mí me terminan pintando como al malo, a mí, al General
Porfirio Díaz Morí, que caray hombre”
“Debo
dejar de meterme tantas chingaderas… un cráneo me habla y dice ser Porfirio Díaz”
“¡Y
a mí me habla un simio, quien debería estar más sorprendido aquí, usted o yo?”
“Mira
pedazo de mierda—”
“Háblame
de tu y con respeto, zopenco, que el hecho de que puedas estar parado aquí,
hoy, es gracias a mi”
“Bien,
seas lo que seas no puedes existir y si existes no queda nada más que hacerte
alguna clase de exorcismo y destruirte, tal vez tirarte por el escusado”
“¡A
mí no me tiras por ningún lado, y mucho menos me vas a exorcizar, muchachito,
que el único que lo necesita aquí eres tú y de paso una buena lavada!”
“Si,
es lo que ocupo, un regaderazo con agua fría y todo esto se borra… solo espero
que mi regadera no me hable ni que se aparezca el chivo infernal” Navarro tembló
instintivamente y observo hacia todos lados de manera paranoica como si
estuviera buscando a alguien.
“Lo
que usted ocupa es regresarme a mis aposentos que yo me encontraba
perfectamente bien hasta que se le ocurrió transgredir en mi tumba y traerme
hasta aquí, peor fue el viaje que me hizo pasar con usted por toda Francia y
España”
“¿Francia
y España?”
“Si
hombre, usted se ve que es algo despistado con eso de la geografía por lo tanto
déjeme le explico que paso—“
“No,
no, no, no quiero saber nada de eso, no quiero ni siquiera SABER por que estaba
en Francia o España, no recuerdo haber tomado un avión”
“Si
me dejara de interrumpir le podría explicar mas al respecto aunque me intriga
saber más acerca de dicho avión”
“A
mí me intriga mas saber cuánto tiempo he estado así, cuantos meses han pasado…
serian esos hongos y el acido que me metí en el rave o a lo mejor los pericazos…
fuck”
“¿Acido,
rave, pericazos, bueno y este lenguaje
tan moderno que le pasa ahora y como esta eso de que ahora también en Ingles?”
“Viejo,
estamos en la frontera norte del país”
“¡Viejo
su abuelo!” Navarro suspiro, se paso las manos por el rostro y paso a lavárselo
con el contenido de una botella de plástico. “Pero me intriga esto, los
territorios del norte no eran nada cuando yo estuve en mi mandato”
“El
norte rifa, abuelo, y eso le debería quedar bien claro”
“¿Rifa,
explíquese!”
“Esta
chido, esta cool, esta chingon, está
BIEN”
“¡Tantas
palabras nuevas y horribles, pobre lengua de Castilla que te han hecho!”
“Ya
son como cien años desde que dio el estirón, todo ha cambiado”
“Tan
feo todo, tan horrible ha de ser, verdad de Dios que este no es el país que yo
deje”
“Eso
lo damos los dos por hecho, se cuida y se la lava que yo me voy”
“¿Cómo
que me la lavo, muchacho insolente!” El portazo dejo en silencio al cráneo el
cual se quedo sentado sobre el escritorio sin hacer nada ni mucho menos decir
una sola palabra.
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