-¡Que
pendejo eres, es la ultima vez que te hago caso!-
-Pero
dijeron que era invaluable, no entiendo-
-¿Como
nos vamos a robar el edificio de correos, eres imbécil o que tienes
en la cabeza?-
De
Carlitos nunca se espero mucho, ni de su inteligencia, y, como
eventualmente se darían cuenta, de su oído.
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