En el primer call
center que trabaje había un compañero que de vez en cuando
traía dulces, jolly ranchers de los buenos, antes de que
tuvieran ese cambio extraño de sabores, y repartía a todos los que
estaban cerca de el, casualmente a mi me tocaba por estar al margen
de la división y pegado a la suya.
De ese
comportamiento se me dio el empezar a traer varios paquetes de la
maquina y regalar dulces a todos los empleados, sin importar división
o rango, y así me he dedicado a hacerlo de diferentes maneras
durante la mayor parte de mi vida adulta, como lo empece a hacer en
algunos otros trabajos e incluso en bares, con gente que ni conocía
o tenia poco tiempo de conocer, por que el dinero trae felicidad que
se desvanece eventualmente, para mi en lo personal es mejor compartir
y disfrutar la poca felicidad que genere yo con mis manos, lo poco o
mucho que sea, en grupo que solo, por que si es para uno no hay quien
recuerde esa felicidad mas que uno mismo, y algunos colados que
tendrán solo interés de una vivencia y aprovechamiento del momento,
y si todo eventualmente se desvanece en el aire al menos que tarde
mas en hacerlo, que se vuelva memoria de pocos o muchos y que sea
siempre todo para bien.
Por eso también me
gusta comprar y regalar libros, varias veces lo he hecho y lo seguiré
haciendo durante el resto de mis días, por que es conocimiento
duradero, bello, lo mas sublime que puede existir sobre este plano
aburrido y soso, y el que este sea compartido entre otros me hace
todavía mas feliz, por que esa cadena seguirá y si bien va todos
podremos salir un poco mas del agujero de la ignorancia hacia un
templo de verdad, sabiduría y caridad.
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