Hace
algunos días me toco estar en una ponencia de la Maestra Laura
Cervantes Ayala, de la UPN si es que bien tengo entendido, donde
hablaba de la importancia de la didáctica en la Historia, como se
debe enseñar.
Entre
los temas de interés que mencionaba recalco algunos de estos y dejo
a debate, dejare unos comentarios míos adicionales, principalmente
mis puntos de vista del tema. No recuerdo con exactitud las palabras,
debo ser honesto con respecto a no tomar notas en la misma pero
tratare de ser tan veraz al respecto como me sea posible.
La
enseñanza de la historia en las etapas mas importantes de la
formación de una persona, mencionaba que eran las edades de 4 a 5
años y de 11 a 12. (Nota: No recuerdo si se menciono o no cuales son
las bases de estos números)
Nota:
Si bien es cierto que las edades claves se encuentran tanto en la
primaria como en la secundaria, entre las edades de 4 o 5 años hasta
los 14 o 15, es importante entender como se debe enseñar la Historia
y primordialmente uno debe entenderla, de lo contrario uno se esta
dejando así mismo la tarea de ser una repetidora de las notas
recicladas de la historia
de bronce
de la que tanto se acusa al Estado de vender a la ciudadanía.
Si
uno ha de hablar acerca de esto requiere entonces de una formación
previa, tanto pedagógica como histórica, para ser un proveedor de
dicho material. No es necesario que entienda toda la metodología
usada para esto, ya que este es el trabajo primordial del Historiador
y no del formador Pedagógico, pero si debe entender la Historia como
la comprenden los Historiadores, que es lo que hay detrás del velo
místico que muchas veces es cuestionado por aquellos jóvenes
alumnos en formación y que la mayoría de las veces es respondida
con un frio y brutal -No pregunte y así tiene que ser-
Esto
me recuerda a una anécdota que menciona Eduardo R. Callaey en su
libro El mito de
la Revolución Masonica,
en donde habla de como unos monjes atan un gato a las patas de las
mesas mientras leen pero no saben por que lo hacen y no lo cuestionan
por que son las
viejas costumbres pero
la insistencia de un joven monje es lo que finalmente devela este
misterio cuando cuestiona a un moribundo y viejo monje quien revela
que esto se hacia cuando las ratas invadían el lugar y la única
manera como podían leer en paz era atando al gato a la mesa, esta
respuesta la entrega después de un sorpresivo -¿todavía
hacen eso?-
Si
bien estos jóvenes son los que cuestionan fieramente, y con derecho,
las procedencias del conocimiento histórico que se les otorga y todo
pedagogo encargado de suministrarlo debe saber y
entender
por que se entrega el conocimiento así y de donde viene, por que
viene, quien lo dice, etc.
Los
niños se decepcionan cuando tienen super héroes ficticios, como los
que se usan en los cómics,
y se enteran que estos no existen, son parte de un imaginario por lo
que debe inculcarseles a los héroes de la patria como figuras a
seguir. (Nota: Esta ultima parte fue lo que discerní yo de lo que se
hablaba en ese momento)
Nota:
Estos
dos puntos son suficientes para hacer que una mesa de debate o una
ponencia se convierta en un verdadero infierno comparable con el
desembarco de los Aliados en el Día D.
El
primer punto es el que me mantiene eternamente fascinado y que hasta
el momento me deja estupefacto. El hecho de que un niño se haga a
idea o no de que un super héroe es verdadero o falso no va a
terminar por destruir su idea de lo que es, la figura, con previa
noción, debió haber sido reportada como tal, jamas como algo que
existe en este mundo con las capacidades que se anuncia. Acto
seguido, el inculcar a los niños los héroes patrios puede
repercutir gravemente cuando comience el cuestionamiento, mas cuando
la historia quiere forzar la idea de héroes y villanos en un ente
Nacional, cosa que es A) una
muy mala idea
(aunque tiene su razón de ser, cosa que no cuestiono pero si tacho
como el talón de aquiles de la Nación) y B) un campo minado en
donde al primer cuestionamiento pueden salir muchos heridos, en
especial cuando se le reprima constantemente al joven alumno y se le
ordene que no cuestione lo que se pone frente a el.
¿Por
que un talón de Aquiles?
Con
los cambios de gobiernos, no necesariamente por derrocamiento,
cambian las ideas nacionales y al hacerlo también cambian los héroes
y los villanos, los que estaban en un pedestal ahora son hundidos en
el lodo y los que estaban hundidos en el lodo son limpiados,
embellecidos y puestos finamente en el pedestal mas alto donde todos
lo pueden ver.
Repítase
este proceso cuantas veces sea necesario.
¿Sigue
siendo malo el creer en un super héroe o un super villanos?
Son
arquetipos inmovibles, tienen y sirven un propósito que va mucho mas
allá de lo que el ojo deja ver muchas veces, por lo que ahora pongo
otra vez en la balanza la cuestión y la pulo un poco para hacerla
entender mejor.
¿Que
es peor, que un niño se sienta decepcionado por que un super héroe
no existe cuando este ya debía tener previo
conocimiento de que es inexistente
o que un niño tenga inculcado héroes nacionales que puedan ser
quebrados bajo un nuevo régimen o gracias a nueva historiografía
disponible, o mejor aun, el simple hecho de cuestionar lo que el velo
místico pone en cara y que encuentre una terrible verdad detrás del
velo, que sus héroes no son héroes ni tan buenos como los hacen ver
y lo mismo con los villanos, que no son tan malos como los pintan?
¿Que
es peor entonces, el Estado, por imponer la idea, o el Pedagogo, por
no cuestionar y hacer lo que se le diga?
Esto
es lo poco rescatable que tengo de la ponencia, no por que fuera mala
sino simplemente por que mi mente estaba ocupada en cosas mas
importantes y realmente no me pude tomar la molestia, ni el interés,
de escuchar toda la ponencia.
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