Porque la gente le tiene miedo a la tecnología o el miedo como respuesta lógica al progreso de la Maquina y el paso a la reducción obsoleta del Ser.
Es común escuchar a aquella gente mayor o incluso ni tan mayor, aquellos de las generaciones actuales, decir que no quieren tratar de arreglar sus equipos o darles un uso más avanzado por temor a quebrarlos o simplemente dejarlos en un estatus donde no ya no funcionen y tengan que llevarlos a reparar, lo cual cuesta muy caro, caro porque es gente con conocimiento, conocimiento que consiguieron en su mayoría de internet, internet el ser que nos alimenta a todos, todos los que estamos almacenados en esta y la otra realidad, realidad amorfa, amorfa sin nada, nada que es perfecto y perfecto por serlo todo y la nada.
¿Qué dijo?
La gente tiene miedo al avance tecnológico infernal, a aquella maquina que no deja de cambiar y progresar de una manera tan desesperada que nuestro bolsillo, o cartera, y mente, junto con todo el conocimiento, no puede seguirle el paso. Aquellas carreras que su vida dedica a la Informática y a la Tecnología salen con conocimiento obsoleto por la velocidad a la que dicha carrera se mueve, donde si toman cuatro años para salir entonces los primeros dos ya son obsoletos y la segunda mitad los deja en un mundo donde posiblemente ya no puedan encajar, esto siempre y cuando los mismos estudiantes no se pongan al día por su cuenta o clases adicionales, que nuevamente pueden quedar obsoletas en un transcurso muy rápido, y se mantengan solo con las bases con las cuales salieron de dicho plantel o campus. Es necesario mantenerse en una mejora constante en todos estos campos ya que unos simples días pueden dejarlo atrás a uno con respecto a los avances tecnológicos más importantes hasta la fecha.
Es esto a lo que la gente teme, que su misma capacidad o bolsillo no les permita darse el lujo del avance y se queden atrás en un mundo donde solo reina la oscuridad, la incertidumbre o simplemente que su capacidad los lleve a convertirse en unos ineptos tanto sociales como laborales.
Todo esto es una terrible realidad de un mundo digital donde la gente no sale con la suficiente preparación ni mucho menos le interesa salir con dicha preparación, muchas veces solo les interesa ver un papel para correr ante la primera Maquiladora o Oficina que encuentren en su paso y de ahí trabajar como pequeñas abejas hasta el fin de sus vidas con lo cual esperan conseguir suficiente dinero para tener un buen retiro, en el mejor de los casos, y en una alternativa más visible en este país con ganar lo suficiente para salir todas las semanas, pegarle un arrimón a una señorita, pagarte toda la cerveza o alcohol que gustes, atascarte de suficientes taquitos, o hotdogs, hamburguesas o lo que sea que guste uno en un estado de ebriedad o loquera completa, media, semi-completo, etc., de la esquina donde una jauría de perros le invade, y por lo tanto asumes que tiene que ser un buen lugar ya que perro no come perro o eso pensamos por buena tradición Mexicana, y tener un techo que cubra mientras se tira uno en los laureles. Un pensamiento así no es general de un grupo o grupos, este es el general de toda la Civilización Occidental y no fue hasta la caída económica del 2008 cuando cambio la situación y ahora la soga aprieta en el cuello de todos más que antes, excepto por todos aquellos que viven claro de la fortuna de sus millones de antepasados y que por buenos movimientos continua incrementando.
Pero existe otra cosa importante que mencionar cuando hablamos de esta mediocridad y esta es que se acerca una tormenta muy grande que tal vez no se pueda parar al menos de que aquel famoso 99% se pare y realmente quiera hacer el cambio pero en ciertos países no se divisan ni sus luces por que siguen acostados cariñosamente en los laureles de la televisión e internet… un internet que para buena o mala fortuna viene a ser censurado por andar de revoltoso.
Si el temor de la gente es que no se pueda actualizar lo suficiente y que traiga de comer algo a la casa, y sobre todo que se pueda dar sus lujos de vez en cuando, entonces debería temerle todavía más, como si le tuviera miedo a aquel Dios que descansa con una sonrisa frívola en aquella infinidad del espacio inaccesible desde donde observa, escucha y sabe todo, ya que con un Internet bajo censura muchas de las fuentes que permiten aquella salida de emergencia o esa tarea que no se hizo durante el fin de semana por mejor ir a dar una visita a aquella amiguita que se quedo sola sin sus papas y prefiere la compañía de un hombre durante este periodo de tiempo, aquella cruda moral o física por la mega parranda con los amigos, todo evento que roba tiempo esencial al alma o cuerpo, que nos mata lentamente, que nos deja con unas pocas neuronas muertas en el proceso pero nos divierte a la vez, todo esto no lo podríamos realizar sin estar a punto de darnos un tiro en la cabeza pero es gracias a sitios que contienen el material necesario y libre que un simple copy-paste salva el día.
¿Qué pasara el día que no esté aquel o aquellos sitios?
Tal vez muchos no se mortifiquen tanto y busquen alternativas pero momento, las redes sociales también caerían muertas, pues entonces usaríamos un buscador, alto, eso está en contra de la propiedad intelectual.
¿Alternativas?
Regresar a las bibliotecas, que es eso, un edificio lleno de libros, que es un libro, un objeto cuadrado, generalmente rectangular, en el cual se encuentran impresas letras que se tienen que leer y para cuando se requieran en un trabajo tiene que ser copiadas y citadas a mano, que de igual manera suena terrorífico para muchos tal vez sea una solución un poco exagerada pero eficaz para hacer que la gente regrese a los centros de estudio, para que realmente pongan atención a lo que tienen que hacer, para construir un buen criterio, para regresarle vida a aquello que está muriendo, es eso a lo que le tenemos miedo, a que todo regrese a ser como antes, tenemos miedo de dañarlo o destruirlo completamente porque regresaríamos a aquellas épocas de antaño donde nuestros padres nos contaban de lugares donde no existían teléfonos celulares, donde no tenían computadoras, donde la tele solo servía durante ciertas horas y las demás era nieve, donde no estaban invadidos por tanta basura que hoy nos hacen creer que necesitamos, tenemos miedo a que se repita el ciclo y así debe pasar, así debe ser, si no obtenemos conciencia y ponemos un hasta aquí con el abuso que damos a todo y todos.
Alto a SOPA y PIPA, respeten mi derecho a seguir siendo un alma más que cruza sobre este terrible rio estigio pero también alto al Conformismo, Consumismo y Comodidad del Mundo Feliz de Aldous Huxley.
Aprendamos nosotros también a servir al mundo como el nos sirve y así tal vez empecemos a ver las cosas diferentes en lugar de esperar que todo se haga para nosotros sin dar nada a cambio al mundo.
Por: Vicente Manuel Muñoz Milchorena
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