Archivo Oficial:
21 de
Marzo, 1929
Reporte
oficial al Buró. Tuvimos un atentado en las instalaciones de
Chicago, el edificio quedo completamente inservible después de ser
quemado aunque reportan los oficiales que fue una falla eléctrica
pero estoy bastante seguro de que esto tiene que ver directamente con
las pandillas y Al Capone.
En
conjunto y como un ataque coordinado nuestros apartamentos sufrieron
varios ataques de bombas y quedo totalmente inservible. Nos hemos
cambiado a una locación mas segura en unos suburbios que llaman poco
la atención y solo miembros del Buró tendrán esta información, ni
la misma policía local o estatal tendrá esta información debido a
lo delicado que se esta volviendo esta operación.
Para
mantener el estatus quo el
Alcalde Thompson me pidió que asistiera a una fiesta que daría en
el Hotel Michigan, nada fuera de lo normal solo acto de presencia y
con eso se daba por bien servido. Atendimos, encontramos a varios de
los jefes del crimen pero no actuamos por prudencia y por seguimiento
a las leyes del sistema Americano. Entrada la fiesta hubo una
sospechosa falla eléctrica que causo un terrible incendio en la sala
donde nos encontrábamos y tuvimos que abandonar el lugar lo antes
posible.
Me
informaron que sucedió una terrible tragedia y que Ada Fellini, hija
de Tony Fellini, murió en el incidente. A pesar de que Tony Fellini
esta en control de una de las bandas mas terribles de Chicago le
ofrecí mis condolencias al respecto y atenderé al funeral en
persona para dar el ultimo adiós a su hija.
Eliot
Ness.
Archivo Extra-Oficial.
Marzo
21, 1929.
Reporte
al Buró lo que necesitaba saber, no realmente lo que debía saber, y
después de esconder los escalofriantes hechos que llevaron a la
destrucción de la oficina del Buró, la cual extrañare con toda
sinceridad, y los apartamentos, los cuales no extrañare en lo
absoluto, y pedí que se reportaran cualquiera de los muchachos que
estuvieran vagando por la ciudad a la nueva locación.
En
el proceso Mike, Max y Cain salieron al centro, compraron un auto, no
diré con que dinero, algunas municiones, ropa y una curiosidad que
me entrego Max, una Derringer de cuatro barriles calibre .25, nunca
había visto una y aunque tengo ya un arma de servicio nunca esta de
mas tener otra a la mano. Tomamos turnos en la ducha después de
aquella asquerosa visita a las alcantarillas y en el proceso llego
Jack Whalley al cuartel.
A
los cuatro les informe de nuestra visita al Hotel Michigan a petición
del Alcalde, no teníamos mas opción que asistir al lugar a pesar de
que ya sabia las consecuencias de esto pero el mantener apariencias
cuesta caro y no puedo arriesgarme a dejar ver al Buró mal en estos
momentos donde la situación sigue estando igual o mas critica.
Esperamos
un poco mas y salimos al Hotel, el valet nos recibió, al preguntarme
si quería que anunciara mi entrada le dije que no era necesario por
que ya sabrían de esto y no estaba equivocado al respecto.
Acompañándome se quedaron Cain y Max, Mike y Jack cuidaron el
exterior, Jack vigilaría algunos de los carros a petición miá,
placas, cualquier papel que pudiera encontrar de valor en el
interior, lo que fuera, con tal de tener mayor información a nuestro
favor y algo que pudiéramos seguir cuando se nos diera la
oportunidad.
El
interior no me sorprendía ya, eran varias veces las que me habían
mandado a este lugar, y por inercia viaje al salón y entregue mis
cosas para después tomar la misma mesa de siempre pero sin olvidar
los saludos forzados que debía hacer paso a paso con cada persona
que me interceptaba, ni como evitarlo, era algo que debía hacer para
mantener esta imagen.
Ya
sentados todo fue mas calmado, un rápido ojo a la situación me dio
idea que en efecto, todos los mafiosos estaban en el segundo piso,
pegados a los balcones, y que miraban hacia abajo, me observaban a mi
y a mi gente, con aire de desprecio, de burla, sabían que no los
podía tocar, que estaba muy por debajo de ellos y que ellos eran los
intocables... todo eso puede cambiar, todo eso va a cambiar, hice esa
promesa hace mucho tiempo y la cumpliré cueste lo que cueste, en
especial con Al Capone que se encontraba con sus mafiosos, una mujer
y un hombre de apariencia ricachona pero algo excéntrica.
Los
muchachos atendiendo pusieron un cenicero a mi lado al ver que tenia
un cigarro encendido, trajeron algunos bocadillos y tónica,
desafortunadamente y anexo a eso llego Ada Fellini, la ultima persona
que quería ver en esta situación y en especial por que su padre
estaba casi arriba de nosotros en el balcón derecho.
Su
charla era la misma, siempre queriendo sacar algo de mi, no diré que
pero siempre se lo he negado por que la conozco, se quien es y a que
se dedica y los muchachos se mantuvieron serios hasta que Max llego y
comenzó a conversar con ella, siguiendo la misma corriente y
haciéndose el interesado en ella o tal vez así lo era, lo que sea
de cada quien. Lo que me molesto de su visita fue que comenzó a
inducir mala conducta a mis agentes, pidiéndoles que pasaran un rato
con ella en otro lugar y pidiendo alcohol por debajo de mis narices
como si no lo pudiera ver... no se si lo hace apropósito o no. Max
me entrego unas notas que había escrito, algo que había descubierto
afuera y lo cual ya sabia, que teníamos demasiados ojos encima y que
los mafiosos estaban sobre nosotros.
Max
me hizo el grandisimo favor de sacar a bailar a Ada, lo cual me puso
de mejor humor, pero no quedaba fuera el pendiente de los ojos que
estaban encima de nosotros, eso agregado al hecho de que el Alcalde
propuso un brindis a mi nombre, forzándome a ponerme en el ojo
publico de todo mundo, objeto de asombro para la mayoría pero de
burla para los indicados que era donde mas dolía, ya pasado eso
regreso todo a su proceso normal y comenzamos la cena juntos los
cinco, siendo Ada la misma molestia de siempre.
Max
y yo nos separamos, pasamos a una pequeña barra al fondo del lugar y
hablamos de la situación, era mejor salir de aquí, no obtendríamos
nada de provecho viendo la situación actual aunque si todo salia
bien Jack debería tener algo en mano. Max se fue a buscarlo, en el
proceso llego Adam y me reporto que se encontraba mejor después de
la situación en los apartamentos y que su pierna había sanado
acorde a las leyes, también me reportaba que en la red tenían algo
curioso volando, algo que estaba llamando mucho la atención de todos
los que estuvieran en la localidad, que causaba pánico, asombro,
molestia y unas cuantas risas, pero que finalmente era motivo de
poner atención y que ddebíamos atenderlo lo antes posible antes de
que la situación empeorara.
Una
vez que Jack y Max regresaron nos reportamos a la mesa y continuamos
una amena platica, en la cual notamos que Al Capone y su gente se
retiraban a excepción de la mujer y el ricachon. Una salida rápida,
como había propuesto Max, estaba en orden y todo fuera por que
pudiéramos verle la cara a Al Capone afuera o simplemente por que la
situación estaba a punto de empeorar.
-Señor
Ness, ¿se retira tan pronto?- En cuanto escuche esa voz, esa
escalofriante y chirriante voz, desde el segundo piso en el balcón
de la izquierda supe que algo estaba mal, se escucho por encima del
ensamble de Jazz y peor aun capto la atención de todos los que nos
rodeaban para poner los ojos encima de mi y de la mujer. -Vamos Señor
Ness, no me ignore, no sea tan rudo-
Pusimos
doble paso a nuestra retirada cuando escuchamos algo todavía mucho
mas terrorífico.
El
sonido del aire comprimiéndose alrededor de nosotros, de ese grito
feroz, un gruñido, el sonido del fuego quemando con harto poder. La
mujer, fuera quien fuera, tenia en sus manos dos bolas de fuego y una
fue dirigida hacia la puerta principal, esto provoco un pánico
general y la salida casi inmediata de todos los presentes, todos
excepto nosotros y la mujer. De su otra mano salio la otra esfera y
nos corto el paso por completo, atrapados tuvimos que recurrir a la
vieja táctica de escondernos detrás de las mesas y tomar tiros
contra ella.
-Por
favor, quédese un poco o que tal para siempre- Esas ultimas palabras
se escuchaban como la furia misma consumiendo todo lo que le rodeaba,
aquella flapper tan
excéntrica. se había vuelto una masa completa de llamas y sin
pensarlo solté un tiro, mi arma produjo un clack y observe como mi
arma había quedado atorada... después recordé la Derringer que me
dio Max y agradecí cada segundo de ahí en adelante que me la dio.
-¡Michael, vamos!-
Fue
ahí cuando me percate de algo fuera de lugar, la mujer en llamas era
una terrible visión, Adam estaba completamente catatónico detrás
de una de las mesas mientras se balanceaba sin control balbuceando la
palabra -fuego- y moviendo la cabeza de un lado para otro, las balas
no parecían hacerle absolutamente nada a aquella mujer y lo mas
importante, su amigo, el excéntrico ricachon, no estaba a la vista y
fue el distintivo crujir de una escopeta lo que nos dejo fríos y mas
el enorme boquete que dejo en el suelo frente de nosotros, eso no era
una escopeta, era un maldito rifle para matar elefantes y el tipo no
había fallado por mucho pero lo peor de todo es que había tumbado
varias mesas en el otro balcón para que no pudiéramos detectarlo.
Sin
mas remedio tuvimos que salir de ese lugar, entre las llamas que
seguían incrementando, el humo que nos cortaba visión, las bolas de
fuego que no dejaban de caer sobre nosotros, las terribles llamas que
se acercaban cada vez mas, el catatónico Adam, nuestras inservibles
armas y el hombre invisible que nos atacaba desde una posición que
no podíamos avistar.
Lo
terrible de esto fue que la situación comenzó a empeorar
rápidamente, el humo fue terrible pero podíamos continuar, el fuego
lo tuvimos que brincar, era tan extenso el campo que poco logramos
hacer para evitar quemarnos, todavía tengo varias marcas y algunas
no creo que se vayan nunca jamas, perdimos a Jack, yo quede
inconsciente en algún momento de la batalla, Ada exploto en mil
pedazos cuando una de esas enormes balas le impacto, Cain cayo al
piso después de que le impactara una de las bolas de fuego y lo
ultimo que supe fue que Max y Mike nos sacaban a mi y a Cain de aquel
lugar, les recordé de Adam y aunque no quería salvarlo, por que
Dios sabe que lo odio, lo necesitábamos por sus conocimientos.
Max
se adelanto por el Packard, nosotros llegamos como pudimos al final
del pasillo de servicio, llamas y humo detrás de nosotros, la furia
naranja devorando todo a su paso y nosotros pudiendo hacer menos que
nada para solucionar nuestra situación inmediata ante esto o el
hecho de que habíamos perdido de vista a aquel terrible par.
Pero
no dicho esto antes, en nuestra huida, nos encontramos con un
Mercedes Benz que nos perseguía a toda velocidad, la mujer tenia un
rostro que no puedo olvidar, estaba carcomido por las llamas, seguía
viva de alguna manera, era una visión enfermiza por los pedazos
carbonizados de piel y carne, y esa sonrisa fija de dientes prístinos
junto con esa risa malvada, los constantes gritos -¡Morirás Ness,
morirás!- fueron suficiente como para hacerme poner en duda mi
profesión y si en algún momento debía entregar mi placa al Buró y
olvidarme de todo esto... fue un momento de duda mas no fue lo
suficientemente efectivo como para que no pudiéramos soltarle unos
tiros a su auto.
El
problema de esto fue que cuando recapacite el automóvil lo teníamos
de lado y Max tenia en su rostro el gigantesco cañón, un frenido
nos saco de ese problema y un juego de balas por parte de Max y Cain
ayudaron a la situación pero no fue suficiente para perderle el
rastro ni dando vueltas cerradas, era casi imposible perderle de
vista a aquella figura endemoniada y aun cuando una llanta estaba
fuera de servicio su automóvil nos ganaba campo amplio en segundos,
peor fue cuando el tipo apunto a una de nuestras llantas y con eso
perdimos bastante velocidad, blanco fácil, pocas posibilidades de
seguir derecho o daré giros bruscos, fue ahí cuando Cain tomo su
propio rifle contra elefantes y destrozo la caja del motor pero no
sin antes recibir otra bala nosotros y perder total control del
automóvil hasta quedar varados en medio de una intersección.
De
no ser por que un taxi paso en ese momento no creo que podría estar
contando esto y aun así el pobre vehículo recibió otro impacto del
rifle para elefantes, dejando un agujero enorme en la carrocería que
pagamos junto con la tarifa del taxi...
Creo
que tenemos dos cazadores nuevos en el área y el precio por mi
cabeza acaba de incrementar substancialmente aunque creo que Tony
Fellini y yo podremos hacer algo al respecto, no creo que le agrade
mucho enterarse mañana que su hija tendrá que ser quitada con una
espátula de lo que quede del Hotel si es que, claro, queda algo del
Hotel o de ella para cuando los bomberos lleguen.
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