Diario
de Agatha Pavlova, 22 de Abril, 1930.
Han
pasado cosas muy extrañas últimamente, no quería hablar de ello
pero me he percatado que es necesario mantener un mejor récord de
las cosas ya que mi situación es... cuestionable a lo mucho, me doy
cuenta que ya no vivimos dos en este cuerpo [Personalidades Múltiples
controladas por diferentes Dioses antiguos, una es por Nyarlathotep y
la otra por Azatoth] y padre [Nyarlathotep] esta muy preocupado por
mi, es la primera vez que me lo dice, fue un sentimiento tan fuera de
lugar de su parte que no supe como reaccionar... me dio miedo.
Le
mencione al anticuario Maxwell que debíamos salir cuanto antes a
Samoa para terminar lo que empezamos en África, me dijo que debía
hablarlo con el Masón Nuddleman y que en cuanto confirmáramos
saldríamos de inmediato. La ruta fue confirmada al día siguiente,
debíamos viajar primero a la ciudad de San Diego y encontrarnos con
el detective Kenneth Howlett, quien nos estaría suplantando en la
ciudad de Pensilvania, y después debíamos tomar un barco a China
para encontrarnos con el Maestro Alberts y después viajar a Samoa en
avión nuevamente. Todo fue planeado a principios de Enero y
estimaban la llegada a China para principios o mediados de Febrero.
Para
facilitar el viaje el anticuario Maxwell consiguió un avión, dijo
que le pertenecía a otro agente que había servido brevemente con
ellos durante los eventos de Pensilvania, cuando quemaron el edificio
de la Gran Logia de Pensilvania, y que el piloto Miller podía volar
el avión sin problema alguno. Los preparativos fueron breves, nos
subimos al avión en cuanto antes y dejamos la residencia Collins.
La
parada en San Diego fue breve, nos encontramos con el detective
Kenneth Howlett en el aeropuerto junto con un grupo de personas que
le estaban ayudando a resolver unos incidentes en el área. Nos
menciono que el se haría cargo lo que fuera necesario y que cuidaría
bien de nuestro cuartel y de la jurisdicción del anticuario Maxwell.
En cuanto terminaron esas formalidades nos retiramos todos al puerto
en donde se hicieron los preparativos necesarios para salir a Hong
Kong cuanto antes.
El
viaje por mar fue lento, grato y refrescante, pacifico, tuvimos
tiempo suficiente para estar en calma antes de la terrible tormenta
que estaba por azotarnos. Yo tuve tiempo suficiente para realizar
algunos estudios de la zona y entender un poco mas de lo que
estábamos tratando de enfrentar y a la vez estudiaba la curiosa
gente que vivía por aquellos rumbos ya que desde mi visita a África
me he sentido intrigada por conocer a todas estas personas
incivilizadas y de colores y lenguas distintas a la miá, son tan
peculiares y algunos tan fantásticos, nunca creí que pudiera saber
tanto de gente que no tiene nada.
Por
otra parte sentí que los libros no podían ser mi único
entretenimiento pero me sigue siendo difícil hablar con los otros
agentes. Mi libro sigue funcionando como mi puerta al mundo, me ha
servido bastante para entablar relaciones con ellos y aprender mas de
las personas que me rodean, algo que me propuse hacer este año fue
el conocer a mas personas y comenzar a abrirme mas hacia los demás
aunque no he tenido tanto éxito todavía como había esperado.
El
piloto Miller estuvo en la gran guerra por parte del Entente, nunca
peleo directamente en las trincheras pero si le toco volar aviones
para los Franceses y dice que le toco una o dos batallas en donde se
encontró de lejos con el barón rojo y su circo volador, también
dice que nunca le ha gustado correr de una batalla pero que el barón
era una persona muy difícil de atacar, hábil, cuidadosa, prefería
vivir otro día y pelear nuevamente que morir en un solo intento.
Dice que conoció al Masón Nuddleman tiempo después durante la
guerra y comenzó a trabajar esporadicamente una vez terminada esta
hasta volverse un agente viajero que va de locación en locación
donde se le ocupe, trabajo algunas veces con el Judío Ishmael en el
pasado; el anticuario Maxwell tenia su tienda cerca de Pensilvania,
donde nos encontramos la primera vez, pero esta quedo ya desaparecida
por fuerzas mucho mas poderosas que nosotros. Es el encargado por
parte de este Buró de la jurisdicción de Pensilvania aunque dice
que no lo hizo por gusto sino por no tener otra alternativa, que
generalmente es el método por el cual todos entramos en esto. Conoce
algo de las ciencias ocultas pero le falta todavía mucho por
aprender y no ha logrado explotar su potencial mágico, aunque esto
se lo reservare y le diré a su tiempo ya que no todos deben usar su
potencial ni todos deben atravesar el gran velo para ver mas allá;
el Doctor Raphael es un hombre de ciencia completamente, el no cree
en los poderes ocultos mas si muestra un increíble amor por la
naturaleza y todas su plantas, en especial aquellas que lo pueden
meter en alguna clase de estado mental que le altere su percepción
de la realidad. Dice haberse graduado de la Universidad de
Miskatonic, de la antigua ciudad maldita que también desapareció,
hace ya varios años, cuando Herbert West el Reanimador todavía no
era conocido en el mundo de lo oculto aunque ya había comenzado con
sus experimentos para traer de vuelta a los muertos. El Doctor
Raphael me dijo que nunca se intereso por Herbert West el Reanimador
y su trabajo, que lo consideraba algo imposible, tonto, una perdida
de tiempo total y que prefería seguir su rumbo en la medicina
haciendo cambios reales en el modo de concebirla. Su rumbo fue
variopinto, vago por buena parte del continente hasta llegar a México
poco después del inicio de la Revolución Mexicana [iniciada en
1910] en 1911 y el conflicto armado, ahí sirvió bajo diferentes
personalidades dentro de las cuales destaca el General Francisco
Villa, el espiritista Francisco Ignacio Madero y el manco de Celaya
Álvaro Obregón, quien fue salvado por el Doctor Raphael al
amputarle el brazo y quien conserva parte de la mano de ese hombre
como recuerdo por motivos, según dice el, personales y como un
recuerdo de quien consideraba una excelente persona, ahora muerta
bajo circunstancias dudosas. Me da la impresión que existe otro
motivo por el cual mantiene ese dedo, se siente un aura que emana
todavía de el a pesar de estar momificado, una esencia extraña que
no parece ser de ninguna clase de orden o caos conocido que me sea
familiar, tal vez tenga alguna clase de hechizo que le recubra, por
lo cual dudo si realmente el no cree en las ciencias ocultas o si es
algo que se reserva completamente o incluso que no este al tanto de
lo que realmente es y para que pudiese servir, es mejor no decirle
por ahora; el escoses Gerault fue enviado a nosotros directamente
desde Escocia a petición del Masón Nuddleman, dice que nos hace
falta gente con experiencia y que el es uno de los mejores en el
campo. Personalmente dudo que una persona que se encargue de manejar
una espada en un caso como este y en la época actual nos pueda ser
de mucha ayuda aunque mi comentario es un tanto irónico, incluso
entiendo yo misma el humor detrás de ello y prefiero no decirlo en
voz alta frente a el o frente a quien sea... aunque no hable para
nada.
Llegamos
a Hong Kong el día 22 de Febrero [1930], aquí estábamos en
territorio desconocido, la gente nos mira extraño, a mi en especial
por mi vestimenta y al escoses Gerault por el color de su piel,
aunque puede que mi tez totalmente blanca sea otro motivo por el cual
me observen de esa manera, o mi cabello o mis ojos, no seria la
primera vez. El Masón Nuddleman nos indico que en este lugar no
existe una jurisdicción o Buró en servicio por lo tanto debíamos
andar con cuidado ya que no teníamos poder legal o judicial de
cualquier tipo, cualquier problema quedaba bajo nuestras manos y
quien quisiera ayudarnos a enfrentarlo.
La
primera tarea era encontrarnos con el Maestro Alberts, un ex-patriado
Británico que había servido durante la gran guerra, de principio a
fin, como oficial y una vez terminada la guerra se retiro y formo su
propia Logia Masonica en Hong Kong que tiene como frente una taberna
de tipo Ingles, aparentemente producto de los gustos del Maestro
Alberts y con un gentío que no dejaba de entrar sobrio y salir
completamente ebrio hasta que les fuera casi imposible caminar.
Al
arribar al lugar nos encontramos con varios Masones Británicos,
expatriados en su mayoría, quienes indicaron que el Maestro se
encontraba en estado de ebriedad pero que esto no impedía que
fungiera en cualquiera de sus funciones o que nos pudiera ayudar,
aparentemente esto era algo común para el Maestro Alberts pero los
Masones Británicos no parecían estar ni acostumbrados ni cómodos
ante este hecho, yo lo encontré irónico siendo que ellos deberían
hacer pozos sin fondo a los vicios y no ser ellos un pozo sin fondo a
sus vicios... mejor me callo eso. De inmediato me percate que el
hombre era brusco y grosero, de complexión dura y una mirada filosa,
como si pudiera cortar el aire simplemente con verle, era la vista de
un soldado pero encontré algo de simpatía en ello, algo agradable,
en especial cuando reto a todos a beber cerveza con el lo cual se me
hizo algo bastante... atractivo y masculino, algo que no podía
evitar ver y sonreír sin control, la primera vez que me pasaba, al
menos que yo pueda recordar.
La
competencia duro bastante tiempo, los Masones Británicos no parecían
estar muy alegres al ver el alboroto que se formaba en esa mesa en
particular, pero renuentemente hacían lo que les pedía su venerable
Maestro Alberts sin cuestionarle sus razones, sirviendole vaso tras
vaso a todos los que competían con el. Finalmente la competencia
llego a su fin con una apuesta de mil libras a que el piloto Miller
perdía antes que el Maestro Alberts, lo cual dio como interesante
resultado la caída del Maestro antes que la del Piloto, el
anticuario Maxwell había sido el primero en salir, no había podido
contener su vomito y tuvo que salir corriendo y el escoses Gerault
duro mucho tiempo en la contienda pero al final cedió
voluntariamente para evitar la misma suerte que el anticuario
Maxwell. El Doctor Raphael se había desaparecido, tiempo después
supimos que había dado una visita a un fumadero de opio con ayuda de
uno de los Masones Británicos para que fuera su traductor, el Doctor
regreso un poco alterado casi al final de la contienda, se veía
sudoroso y temblaba, los ojos dilatados, pero se encontraba
considerablemente en este plano de existencia, lo cual me alivio
bastante ya que no quería ir a buscarlo en los otros planos... no en
ese momento en especifico. Tuvimos una breve platica el y yo, me
comento algunos datos interesantes de la batalla de Celaya, la que
mencionaba constantemente cuando hacia referencia al resto de la mano
momificada, y como le toco atender cientos de heridos de ambos lados
ya que era uno de los pocos hombres con la capacidad de hacerlo. Me
dio a conocer que el General Álvaro Obregón, como le conocían, no
quería que le amputaran el brazo y comenzó a amenazar al que se lo
quisiera amputar. De una u otra manera el Doctor Raphael lo convenció
y rápidamente logro ponerlo fuera de peligro, advirtiéndole que si
se hubiera quedado con el brazo hubiera muerto de seguro.
Pasamos
la noche en unas habitaciones que los Masones Británicos nos
prestaron, todo fue calma y tranquilidad aunque me sentía un poco
acalorada, tal vez el clima de este lugar me hace mal o simplemente
no he tenido tiempo para meditar como debería hacerlo todos los
días.
El
día siguiente [Febrero 23] tuve pena por todos ellos, se veían casi
muertos por el alcohol ingerido, el Doctor Raphael se encontraba
tratando de producir algo para ayudarles pero su misma psyche no
podía consigo mismo en ese momento por lo que mejor salimos en grupo
hacia la logia. Una vez ahí nos encontramos al Maestro Alberts
fresco y renovado, listo para otra contienda proponiendo un nuevo
reto donde se involucraba mucho mas dinero. Ese hombre debía tener
un hígado que los mismos dioses antiguos bendijeron o maldijeron con
sus poderes oscuros, no puedo creer todavía que alguien como el
pudiese beber tanto y continuar con vida al siguiente día, era
imposible pero a la vez... no se, algo me conmovía en eso, me hacia
feliz saber que un hombre así podía existir... estar en sus
brazos... hum.
Las
indicaciones de ese día fueron las de visitar al viejo Capitán
O'Neil en el muelle, en un navío llamado el Constance, quien nos
podría dar indicaciones para llegar a Samoa con seguridad y puntos
donde podríamos conseguir gasolina en el trayecto.
Tomamos
un extraño vehículo al lugar, una clase de carreta donde un chino,
un hombre, jalaba de ella y nos transportaba a donde quisiéramos ir,
una clase de servicio de esclavos que tenia bastante tiempo sin ver,
todo por algunas monedas sin valor, que triste. A este lugar fuimos
acompañados por el Masón Británico Brandon, quien funcionaba como
nuestro traductor y guiá en esta ciudad.
Con
el viejo Capitán O'Neil tuvimos una corta platica, el hablaba de las
condiciones climáticas, de como todo se estaba poniendo extrañamente
turbio, yo sabia que algo tenia que ver nuestro arribo con eso pero
no mencione nada a nadie hasta tiempo después que nos retiramos de
aquel lugar. Nos entrego un mapa a cambio de cien libras, no fue
barato pero el hombre no quería dejar ir algo tan preciado para el,
y nos pregunto si podíamos entregar un paquete a un Antropologo en
Samoa, no habría paga por esto ya que era un trabajo atrasado y
funcionaba mas como un favor que cualquier otra cosa. Antes de
llevarla verifique si la caja emanaba alguna esencia y parecía estar
limpia aunque, siendo honesta si emanaba algo, una ligera esencia
foránea, conocida pero no peligrosa, algo que proviene del espacio,
no los alerte por que no debían saberlo, si no lo conocen
simplemente no les puede hacer mal, como la mayoría de las cosas que
están allá afuera. La llevamos con nosotros y quedamos de
entregarla al Antropologo Jackson. Antes de partir el hombre nos
repartió un vaso con whisky bastante añejo, el cual saco de un
globo terráqueo, y pidió por un buen viaje y salud de todos.
En
este lugar parece que no tienen nada mejor que hacer que beber todo
el día o celebrar cualquier motivo con alguna bebida alcohólica.
Antes
de salir de viaje tuvimos que prepararnos bien, ya teniendo
experiencias en África no podíamos tomar ningún riesgo en un lugar
que estaba apartado de todo completamente, en especial después de
que casi muero en aquel viaje aunque se que papa no lo hubiera
dejado, menos ahora que se que me quiere. Los preparativos fueron
exhaustivos y nos tomaron el resto del día pero conseguimos la
mayoría del equipo que requeríamos, principalmente en el mercado
negro de Hong Kong y constandonos mucho mas de lo que hubiera sido en
el continente o en América o Europa.
Tuvimos
dos interesantes encuentros en aquel mercado negro.
Uno
fue con un hombre viejo y decrepito que fumaba de una pipa larga
mientras jugaba con sus largos bigotes, su puesto tenia una colección
enorme de libros antiguos de todo tipo que parecían estar a punto de
deshacerse en la infinidad del tiempo y una colección de armas de
combate cuerpo a cuerpo bastante peculiar.
Por
alguna razón el hombre insistió que nos lleváramos los libros a
precio barato, no quiso mas dinero, y nos menciono que el destino le
había hablado de personas que vendrían a llevarse algunos de los
conocimientos que ahí encontraríamos.
Encontré
demasiados libros antiguos de alquimia, muchos me parecieron curiosos
y algunos otros parecían esotéricos y encriptados, algo que tomaría
bastante tiempo descifrar pero que tendría sus buenas recompensas.
El Doctor Raphael encontró por su cuenta un viejo libro de medicina
griega, no sabia de que tanta utilidad le pudiera ser pero insistió
en que lo lleváramos para estudiarlo. Finalmente encontramos un
libro escrito en Latín por un Emperador Chino, en el mencionaba
brevemente un pasaje de una batalla en medio oriente, bajo un general
llamado Craso, y donde terminarían por ser capturados y enviados
hasta estas tierras para servir a uno de los Emperadores Chinos de
ese tiempo hasta que una rebelión logro posicionarlos en mejores
condiciones y eventualmente lograron elevar a su comandante, el
Pretor Lucius Mennius Agrippa, al puesto de Emperador de China.
El
hombre viejo le otorgo una daga al anticuario Maxwell y le informo
que le seria de ayuda en un futuro, que así los espíritus le habían
indicado.
En
el segundo encuentro fuimos interceptados por un hombre con
vestimenta curiosa, nos pedía constantemente que pasáramos para una
lectura, para unas divinaciones por medio de algo conocido como el
I-Ching, del cual no sabia absolutamente nada. El objeto de la
divinacion se me hacia desconocido de igual forma, no entendía
realmente que quería de nosotros pero los demás estaban muy alerta
ya que el Masón Británico Brandon nos había advertido que podía
ser un truco para robar nuestras cosas por lo que muchas manos se
mantuvieron siempre cerca de algún arma en caso de cualquier acción
ofensiva.
El
Masón Británico Brandon hablo con el hombre y nos dijo que nuestra
suerte era mala y que encontraríamos un dragón de agua, el cual nos
pondría muchos obstáculos para llegar a nuestro objetivo... me
hacia pensar en algunos de los dioses antiguos, como papa. Después
insistió en hacer una limpia con un incienso especial, así continuo
con el piloto Miller, quien había sido el elegido para la
divinacion. Nos retirábamos cuando el hombre insistió en trabajar
con cada uno y para todos pareció salir lo mismo, lo cual lo altero
bastante y provoco una seria de cánticos, incienso y otros
artilugios que desconocía para purgarnos de alguna mala suerte que
nos seguía. Por ultimo este nos otorgo una pequeña cabeza
momificada de un macaco e indico que nos seria la clave del todo para
proseguir a donde fuera que nos dirigiéramos. A sus cantos se habían
unido varios de los Chinos que ocupaban los puestos restantes y en
unisono cantaban lo que parecía ser una canción funeraria. Mis
sospechas estaban bien fundadas, alguien no quería que llegáramos.
Al
final decidimos pasar una ultima noche en Hong Kong y salir temprano
el día siguiente. No visitaron la taberna aunque me hubiera gustado
verlos competir otra vez con esa hombría particular.
Salimos
temprano al siguiente día [Febrero 24] hacia nuestro objetivo. El
viaje hacia Samoa fue bastante largo a pesar de tomar el avión, nos
tomo dos días completos el llegar hasta la pequeña isla debido a la
cantidad de paradas que tuvimos que hacer constantemente y el clima
que empeoraba con el paso de cada hora, poniendo muy en pie mi teoría
de que fuerzas mayores conspiraban para que no llegáramos. hasta la
pequeña isla en medio del Pacifico.
El
problema de llegar a la isla no fue peor que lo que vivimos ahí. El
llegar fue considerablemente fácil, aterrizar no tanto pero el
recorrer la isla fue un infierno. Las lluvias en aquel lugar son
terribles, tuvimos la suerte de contar con guiás de la isla que
estaban dispuestos a llevarnos al asentamiento mas cercano pero el
proceso acabo por vernos caer del camión en que viajábamos hasta el
fondo de un valle en donde no dejaba de caer el lodo. El alud fue
bastante poderoso, se llevo al camión y a los dos guiás pero
tuvimos suficiente suerte de salir nosotros con vida y completos
aunque muchas de nuestras cosas quedaron perdidas. Lo importante
quedo en nuestra posesión, entre ellas las armas, libros y el
paquete que nos pidieron entregar.
La
única salida que teníamos de ese lugar era por medio de un Byakhee,
criaturas aladas terribles que son invocadas desde el espacio por
medio de una flauta que me entrego la misma Baba Yaga y otra que nos
entrego un Africano antes de adentrarnos a la ciudad antigua. La
llamada estuvo a tiempo, parece que todavía Aldebarán estaba
alineada correctamente y minutos cortos pasaron cuando llegaron las
dos criaturas, horripilantes, temibles y bastante gustosas de
destruirnos si no fuera por el gran pacto que estas flautas generan
con ellos. Salimos cuanto antes de ahí, nos acomodamos en grupos y
llevamos a uno entre garras, el piloto Miller se voluntario para eso,
y después de una rápida búsqueda encontramos el pueblo en aquella
tormenta planeando aterrizar cerca pero lo suficientemente retirado
para que no notaran la presencia de las criaturas aunque poco
importaba bajo estas condiciones eso. Todo esto fue hecho bajo el
influjo de algo que me provoco a no ser yo misma, posiblemente papa
me dejara ir por un momento y mi tío [Azatoth] tomara posesión...
no lo se, solo recuerdo que hice y dije cosas que comúnmente no
diría al igual que pude hablar lenguas que desconocía por
completo.
En
el poblado rápidamente fuimos recibidos por los guardias, personas
armadas pertenecientes a una diminuta expedición, y nos enviaron
directamente con el Antropologo Jackson, el encargado de una
investigación y aparente sucesor de la Antropologa Margaret Mead que
ya había trabajado con la gente de Samoa anteriormente. A el le
informamos de nuestra situación con respecto a lo que había
sucedido al tratar de llegar a este lugar y que sus dos guiás habían
desaparecido en el alud, el simplemente se sintió arrepentido de
haber llevado a tantas personas a este lugar cuando realmente solo
ocupaba estar el ahí y nos convenció de que cualquier ayuda que
ocupáramos el estaría mas que dispuesta a otorgárnosla.
Ahí
nos enteramos que el paquete que el antropologo Jackson había pedido
era una particular roca que le había vendido el Masón Nuddleman por
medio de una venta secreta. La roca en efecto había venido del
espacio, constantemente cambiada de colores hubiera o no luz y
emanaba una energía considerablemente fuerte. Para mi era mejor no
volver a ver esa roca jamas ni este lugar, que de igual manera no
importaba ya que no quedaría mucho de el una vez que termináramos
con nuestro objetivo principal.
Hablando
del tema descubrimos que había un lugar de interés particular que
nos podía servir para comenzar nuestra búsqueda, se encontraba en
la la isla de T'au y necesitaríamos de un guiá, alguien de la misma
tribu. Nos entregaron a un joven muchacho de nombre Kelepo, bronceado, musculoso,
alto, poca ropa, aunque realmente no la ocupaba...
Ese
día termino de manera rápida, nos cambiamos a ropas mas cómodas
que nos presto el antropologo Jackson y dormimos en su casa, la única
con suficientes habitaciones para acomodarnos a todos, y una en
especial para mi y el guiá quien regreso empapado después de hacer
una guardia con el piloto Miller para cerciorarse de que todo
estuviera bien. Mi objetivo esa noche y unicamente por esa noche fue
el guiá aunque mi objetivo principal había sido el escoces Gerault
pero su aguante físico no es el mismo que su aguante para el
alcohol, que lastima.
Al
amanecer del día siguiente [Febrero 27] el clima mejoro
considerablemente y el antropologo Jackson nos indico que podíamos
encontrar un transporte que nos llevaría temprano a T'au y
regresaría por nosotros ya al atardecer. Nos apuramos a desayunar y
salimos listos hacia el muelle en donde un hombre viejo y acabado
pero de complexión fuerte esperaba que terminaran de cargar algunas
cosas. Logramos convencerlo de que viniera por nosotros y se quedara
un poco mas de tiempo ya que no estábamos seguros cuando tardaríamos
pero no queríamos quedarnos sin salida de aquel lugar en caso de que
algo pasara.
La
llegada a T'au fue breve, la isla era mucho mas diminuta que el lugar
donde yo me crie en Polonia, cubierta con algo de selva y algunas
chozas regadas por todos lados con una montana que asomaba un mirador
donde nos indicaron que debíamos ir. El guiá nos llevo hasta el
lugar y con los locales logro trazar el camino mas viable al igual
que el permiso para acceder ya que ese lugar era considerado parte de
un rito de iniciación a la vida adulta de los jóvenes de la Isla y
no podía ser perturbado por extranjeros ni mujeres.
Una
vez ahí nos topamos con una caverna que acaba a unos treinta pies de
distancia al interior del cuerpo rocoso, no tenia marcas de ningún
tipo mas que algunos residuos de objetos que se quemaban en el
interior y algunas pinturas y dibujos que decoraban el interior los
cuales no tuvieron mucho sentido hasta que el guiá nos explico su
significado y ahí todo tuvo sentido para mi.
El
interior de la caverna era un lugar de muerte a lo que ya no servia,
era un lugar de hundimiento a todo lo que ya no podía seguir con uno
mismo y debía ser enviado a la oscuridad, de donde ya no debía
regresar por ningún motivo. El cráneo me recordó a algo al
respecto, un rito muy antiguo que pedía la destrucción de la
soberbia y que involucraba una daga en el proceso. No quedaba mas que
tratar el rito.
Armamos
un pentagrama en el piso y se acomodaron cada uno en una punta, el
anticuario Maxwell se acomodo en el centro del pentagrama con el
cráneo debajo de su bota derecha y con la daga en la izquierda.
Realizamos una invocación que esperaba y funcionara -Con el eterno
descanso, reposo mi confianza sobre el y entrego mi soberbia, mi
eterno fallo hacia todo lo que me rodea y lo que me mantiene
encadenado a la destrucción, que sea su muerte mi renacimiento-. Con
esto dicho el anticuario Maxwell hizo como si cortara su piel y
aplasto el cráneo de un golpe lo cual sorpresivamente activo alguna
clase de mecanismo que dejo a la vista unas escaleras que iban en
espiral hacia abajo.
Las
seguimos con cuidado, al principio todo estaba bien hasta que
encontramos fango y moho por todos lados, runas y símbolos sin
sentido y el fin de las escaleras para nosotros al llegar a un punto
donde solo había agua mas abajo. Para esto ya había practicado un
hechizo que nos ayudaría a respirar debajo del agua, me cansaría al
hacerlo pero lograría que todos pudiéramos bajar a aquel lugar
aunque no podríamos llevar ninguna de nuestras cosas.
Así
fue, seguimos nuestro trayecto y con una esfera de luz en mi mano
derecha nos guiamos en aquella terrible oscuridad acuática hasta
llegar a un portón y una ciudad hundida de la que no sabia
absolutamente nada, símbolos y runas decorando pilares, cada
fragmento de techo y piso, figuras sin sentido, un lugar que no era
para ninguno de nosotros ni nunca debió ser visto otra vez, casi nos
quedábamos locos, el guiá Samoano comenzó a balbucear y el único
que pudo calmarlo fue el Doctor Raphael aunque esto no pareció
remediar mucho, estaba deshecho al ver la terrible verdad de aquello
que vivió millones de años atrás en este lugar y que dejo sus
legados para que cuando regresaran pudieran continuar con sus
terribles operaciones, cuales fueran que fuesen.
Nuestro
siguiente problema era el de continuar nuestro viaje por esta ciudad.
Estábamos sobre una clase de balcón que nos mostraba una buena
porción de la ciudad y enfrente de nosotros una especia de torre o
campanario, por ahí sentía yo la presencia de lo que estábamos
buscando pero el llegar ahí era literalmente dar un brinco de fe
hacia la oscuridad y pedir a lo que fuese en que creyera cada uno en
que nos amparara y nos guiara con aquella luz que segundo a segundo
perdía fuerza y nos mostrara el camino correcto o al menos que nos
cuidara en caso de lo peor, no quiero recordar esa ciudad pero cada
vez que pienso en lo que vimos tengo pesadillas, aquel lugar podría
haber sido la sede de alguno de los grandes padres como Dagon o
Hydra, incluso de otras cosas que no conocemos o incluso que no deben
ser nombradas.
Saltamos,
con fe, lo hicimos, y vivimos para contarlo, pero no sin antes mirar
hacia el fondo de aquel oscuro y terrible lugar y sentir como si este
penetrara muy por dentro de mi, como lo dijo el loco Friederich
Nietzsche, el que mira al abismo demasiado tiempo terminara por ser
visto de vuelta por el abismo, hacia lo mas profundo de su ser, su
alma, así me sentía en aquel lugar, que algo podía ver hasta mi
mas profundo ser.
Pasado eso entramos a la torre y nos encontramos con algo muy peculiar, pulsaba, parecía latir o respirar, el Doctor Raphael creía que era alguna clase de fosa nasal o vestigio de lo que alguna fuese algún sistema respiratorio, no estaba seguro de ello ya que su conocimiento de anatomía foránea a la Humana es tan bueno como el nuestro. Mas al fondo encontramos nuestro objetivo, una piedra enorme que brillaba con un color verde azul con un aura oscura que le rodeaba y hacia que el agua girara y se moviera de maneras anómalas [evento horizonte] como si el tiempo se detuviera alrededor de esta de una u otra manera, absorbiendo toda luz que tratara de pasar alrededor de ella aunque fuese esta mínima, sujeta entre tejidos porosos de aquel lugar o criatura desconocida, tenia un aura de terror alrededor de ella, el terrible monolito nos acechaba como si fuéramos su presa y no nos daba mas idea que la de observarle mientras pensábamos que hacer con aquel objeto.
El
Doctor Raphael y el guiá Samoano parecieron tener contacto de alguna
manera con lo que sea que fuera y nos dio una explicación de que era
y que quería.
Mencionaba
ser el primero, parte de un ser conocido como Nilith Ur Tramamin, un
ser que había nacido en el principio del todo, separado por una
fuerza devastadora que fue la que se encargo de poner todo en
movimiento, y que se encargaba de pensarnos a nosotros, es decir que
nosotros eramos parte de su psyche o realidad alterna, un sueño. El
era una especie de ser durmiente en un plano que nosotros no podíamos
alcanzar y mencionaba que una vez despierto vería nuestro fin, que
eso no tardaría mucho en llegar, que ni el mismo Cthulhu, o papa o
tío, no importaba quien fuera, podría resistir su llegada, todo eso
se acabaría en un segundo y no habría mas que polvo de lo que
alguna vez fue y nos advirtió que no debíamos interrumpir en su
proceso de despertar, una victoria bien ganada que se tenia merecida
después de tanto tiempo. El era la esencia primordial del Logos y
estaba a punto de despertar, nosotros siendo los primeros en ver todo
su poder. El guiá Samoano parecía estar bastante perturbado por
estos eventos y mencionaba algo acerca de la realidad y como esta no
era como el pensaba.
El
Doctor Raphael cuestiono esto y le pregunto si acaso urgía
despertar, por que si había durado tanto tiempo dormido ocupaba
despertar ahora, por que no continuar durmiendo algunos otros
millones, no tenia nada que perder si es que ya había ganado. La
amenaza, o simple recomendación, del Doctor Raphael parecieron
surtir resultado, menciono que así seria y que nos volveríamos a
ver nuevamente muy pronto bajo otras circunstancias. Con esto dicho
el brillo del monolito ceso y solo quedo aquel objeto oscuro
sostenido por los tejidos alrededor.
La
solución, aunque no unánime pero la mas efectiva que se nos ocurrió
en el momento, fue la de cortar los tejidos alrededor del monolito y
llevarla hacia la superficie aunque esta seria una tarea bastante
difícil viendo que el objeto era enorme y una vez en la superficie
seria un problema moverla aparte de que no requeríamos que otros se
enteraran de lo que había transpirado en aquel lugar.
No
ocupamos preocuparnos mucho por eso de igual manera ya que pronto el
lugar comenzó a pulsar mas rápido y nos expulso de manera violenta
hacia la superficie, siendo suerte que el hechizo que había invocado
nos salvo de la violenta presión submarina pero que de ninguna
manera nos salvaría del terrible golpe que daríamos contra la playa
con la cual impactamos.
De
vuelta todos en ser constatamos que había pasado casi medio día y
que el barco no debía tardar mucho en salir. Tuvimos que hacer un
cambio de planes y reacomodar todo nuestro movimiento en ese
momento.
Yo
viajaría en un Byakhee con el guiá Samoano en mi espalda y el
monolito mientras que el escoses Gerault viajaría con el Doctor
Raphael y el piloto Miller para recoger nuestras cosas de la caverna,
el anticuario Maxwell tendría que esperar en aquella playa hasta que
alguno de nosotros se liberara de sus deberes.
Mi
viaje fue el mas lento, el monolito pesaba demasiado y aquella bestia
apenas podía con nosotros dos, por lo que fue con mucho esfuerzo que
llegamos a la isla principal y dejamos el monolito cerca del avión
para cargarlo cuanto antes. Los demás llegaron una hora después,
tomando la ruta mas larga y regresando en barco para no levantar
sospechas al respecto. Aprovechando la poca luz que nos quedaba
trabajamos con el avión y removimos los asientos y algunas placas
del mismo para poder montarlo y llevarlo con nosotros.
El piloto
Miller nos advirtió que esta era una tarea muy arriesgada y que
deberíamos hacer el viaje mucho mas largo ya que ocupábamos llenar
el tanque constantemente y vigilar que el motor no hiciera mucho
esfuerzo. A este viaje se nos sumaba el guiá Samoano ya que decía
que el quería ver el mundo y que el antropologo Jackson siempre le
había dicho que debía salir al menos una vez en su vida y ver que
había mas allá de su hogar por lo que después de haber visto
aquello que nadie debía ver estaba convencido de que era mejor
conocer todo lo que había sido hecho por las manos del hombre y
aprender.
Salimos
sin esperar mas, día o noche no podíamos esperarnos en aquel lugar
que estaba muy pronto a transformarse en un verdadero infierno. Sin
aviso salimos de Samoa y comenzamos nuestro atrevido viaje por el
Pacifico y toda isla que se nos pusiera enfrente. Nos tomo menos
tiempo viajar de vuelta ya que el piloto Miller no quería dormir,
decía que no debía hacerlo bajo las circunstancias actuales y que
podría lograr hacer el viaje en unas doce horas o menos con una hora
de sueño a mitad del viaje.
El
clima empeoro ligeramente pero nada que el Piloto Miller no pudiera
controlar, no tuvimos encuentros con ninguna criatura siniestra pero
si tuvimos un encuentro que nos dejo a todos fríos. Casi llegando a
Hong Kong nos informo el Piloto Miller que debido al peso no estaba
seguro si el avión llegaría a Hong Kong o no por lo que tuvimos que
comenzar a sacar todo lo que ya no sirviera, provisiones, armamento,
municiones, ropa, bolsas, todo menos los libros y el monolito pero de
igual manera si la situación lo ameritaba deberíamos tirar los
libros y verles nunca mas.
Vimos
la costa y al amanecer [Febrero 28], se veía poca gente por lo tanto
si pasaba lo peor no moriría mucha gente... al menos eso
esperábamos.
El
piloto Miller siguió maniobrando el avión, tratando de mantener la
altitud y a la vez el rumbo hacia la ciudad cuando nos dio la
negativa final, el avión no iba a llegar al aeropuerto pero tal vez
pudiera llegar a un espacio abierto, todo si perdíamos algo mas de
peso por lo que tuvimos que salir yo, el escoses Gerault y el Doctor
Raphael, quedándose el anticuario Maxwell, el guiá Samoano y el
piloto Miller para manejar el avión y tratar de que este no se
desplomara. Salimos, el Doctor Raphael y yo estábamos bien pero el
escoses Gerault se impacto con una de las alas del avión y salio
volando a toda velocidad, afortunadamente su paracaídas se abrió
antes de que quedara inconsciente y sin rumbo hacia la costa.
El
avión bajo a toda velocidad por los aires mientras nosotros nos
deslizábamos considerablemente lento hacia la costa, lo ultimo que
vi del avión es que mantuvo su rumbo casi todo el vuelo hasta el
final, cuando logro estabilizarse considerablemente para hacer un
aterrizaje forzoso y de ahí, de ahí todo era volver a casa y
entregar el monolito.
Lo
único que me preocupaba en ese momento e incluso ahora son las
visiones que me provoco al tocarlo, no se si los demás las vieron
pero parece como si ahora supiera todo de lo que me rodea lo cual me
tiene aterrada... siento como si el mundo fuera demasiado pequeño y
necesitara salir de urgencia hacia algún otro lado, pero la pregunta
es a donde.
También
queda pendiente el movimiento del monolito hacia una locación
segura, fuera de aquí y fuera de las manos del Buró, en algún
lugar que nadie pueda acceder mas que unos cuantos... ¿sera buena
idea usar la bóveda de Carlomagno otra vez?
Hoy
creo que si podría tomarme un trago de alcohol o toda la botella
hasta acabar en el suelo.
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