Truenos, se escuchan motores a todo volumen de vehículos azul neón
surcando por tubos amarillos ficticios que marcaban el principio y el
fin de su camino.
De un vehículo a otro se observaban figuras saltar peligrosa y poco
hábil de turno en turno, quedaban de pie como titanes haciendo
sombra a los gigantescos edificios oscuro y dorado, de concreto como
el hielo y cristales pulidos como el sol, donde brillaban rostros
sonrientes y tristes, las expresiones exageradas daban vueltas
rápidas como si fuera un juego, mensajes enormes corriendo en
cintillos corriendo a la velocidad de los vehículos.
Un incendio, una explosión, vehículos fuera de control, las figuras
buscaban escapar ahora con mucho mas rapidez pero se encontraban al
limite de sus capacidades, otra explosión, mas cercana, luces verdes
y rojas hacían eco en los edificios y cristales de los horrendos
vehículos obtusos.
No iré a prisión, pensó uno de ellos, un pensamiento compartido
con su compañero, y decidió tomar un brinco riesgoso hacia otra
serie de vehículos, el color amarillo cortado como cuchillo dejando
destellos de luz roja y verde a su paso.
Los edificios eran como espejos, las figuras reflejadas en ellos,
ahora hormigas, contando su terrible historia ante este mundo oscuro.
Las miradas ahora enfocadas en ellos daban como resultado un purpura
y rosa neón brillando como auras alrededor de ellos, eran cazados,
eran famosos, no había tiempo, extendieron los brazos y dieron un
ultimo brinco hacia la oscuridad, ángeles sin alas al abismo.
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