La pantalla resplandece con un verde neón dejando en
claro el trabajo del día, horribles letras cuadradas quemadas en la pantalla
dejan ver que han hecho esto mismo por años y años sin cambiar la rutina.
La función del departamento era sencilla, vigilar
rutas determinadas previamente y asegurarse que todos los pedimentos llegaran
de manera segura a su destino.
La actriz, nombre clave de la jefa del departamento,
dejaba claro a la compañía día con día que de fallar una sola vez sería la última
vez que podrían caminar con libertar por las calles o incluso con su vida.
La compañía no era cualquier cosa, su papel era
desempeñado por una elite de miembros provenientes de todos los ramos de la nación,
desde el ejército y la reserva hasta las fuerzas especiales, el argumento
siendo la flexibilidad e incluso la “desechabilidad” de algunos de sus miembros
cuando se requiriera. Como historia constante del departamento el sacrificio de
veinte hombres para que llegara una caja a un barco aunque el sacrificio no
hubiese sido necesario en su momento, simplemente era para comprobar lealtades
y poner ejemplos a seguir.
El reparto de tareas había finalizado y comenzó el
traspaso de equipo y vehículos a todo el elenco, comenzó la salida rápida y se
fijaron en la delgada línea que dividía sus jurisdicciones, tan rápidos eran
los cambios como el parar una antorcha al siguiente corredor y el fallar tarea
era una muerte simbólica para aquel que no entregara su puesto a tiempo.
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