Thursday, January 31, 2013

Secreto (Tijuana IX)

-Haber pendejo, usted sabe de quien le hablamos o no- Pregunto el hombre que había soltado un golpe a aquel que se encontraba absorto en sus pensamientos, este portando una AK-47, chaleco antibalas y un semblante de furia del cual Ares estaría orgulloso.

-No, no se que es lo que quiere, ni le escuche a la primera- Respondió el afectado de manera educada y observo la botella rota junto con su cuaderno empapado en cerveza. -Le agradecería que recogiera eso y me lo entregara-

-Usted es o se hace pendejo-

-Ninguna, en especial cuando doy clases en una universidad-

-Ah mira, pinche cerebrito- El furioso hombre le quito los lentes al Profesor y los tiro al suelo para después aplastarlos. -A chingar su madre tus lentes, que vas a hacer-

-¿Le pregunto, había necesidad de eso?-

-Cállese a la verga-

-Tu falta de educación me intriga, creo que eres una de las razones por el cual nuestro sistema de educación requiere de una mejora urgente-

-¿Que dijo?-

-Coloquialmente, como dirían ustedes vaya, es un pinche cerote, una escoria y me dará gusto llevarlo a la chingada. ¿Entendió eso?- Los tres hombres rieron y los patrones de aquel bar se veían intrigados y aterrorizados por la valentía de aquel hombre. -Mucha risa, ¿no? Mi mama siempre dijo que debía ser comediante...-

-No pues su mamacita estaba muy en lo cierto- Dijo el hombre que había hecho las primeras amenazas al entrar al bar, este se acerco al Profesor y le miro a los ojos, el parecía estar concentrado en lo que hacia, también el Profesor, los dos se quedaron viendo el uno al otro pero el Profesor jamas parpadeo en esos momentos de tensión. El hombre grito de la nada, tratando de asustar a su competidor, pero el Profesor no se movió ni dio respuesta al susto como lo hicieron los demás presentes. -Muchos huevos Profe-

-¿Eh, que?- El Profesor pareció salir de alguna clase de trance al momento que hablo el hombre armado, quien parecía ser el líder del grupo.

-No se haga pendejo-

-¿Eso significo algo, me trato de asustar o algo parecido?-

-Mire hijo de la chingada, se me esta haciendo mucho el graciosito y lo que va a terminar pasando es que le voy a soltar unos cohetes en la pinshi cola-

-Ahora usted es el comediante-

-Ya estuvo- El hombre levanto el rifle de asalto y lo apunto a su contrincante -Ahora si, se me va con todo y todo a la chingada-

-No es buena idea eso- El hombre presiono el gatillo y se escucho una detonación. El tiempo se congelo, la bala comenzó a salir lentamente del cañón del arma, girando lentamente, el mecanismo generando suficiente presión dentro de si mismo para abrir la compuerta de salida del casquillo y dar entrada a la siguiente bala, una estela de llamas saliendo de la boca del arma, la clientela aterrorizada tratando de esconderse o desviando la mirada de la masacre que estaba a punto de suceder, los hombres al borde de la risa y el Profesor tranquilo. El tiempo se reanudo a su debido orden pero no en el arma, la bala todavía no terminaba de salir del cañón, las llamas continuaban creciendo pero muy lentamente y todos observaban con curioso detalle lo que sucedía. -Bueno, creo que volví a quebrar la realidad. Esta a punto de sufrir mas de lo que ha sufrido en toda su vida-

-Ah cabrón...- De pronto todo giro y la realidad quedo descompuesta, los colores fueron alterados completamente, la oscuridad se volvió una luz cegadora y la luz se volvió en una penumbra total que quemaba la retina, los objetos alrededor de ellos dejaron de tener sentido, el arma que cargaba quien había disparado se transformo en un lagarto metálico a medias, la otra porción formada de la madera de la culata, el cargador era un brazo con un parecido simiesco aunque los dedos eran largos, afilados y fuertes, se aferraba violentamente sobre el brazo derecho de aquel que le cargaba en manos y la culata lentamente se escurría como una masa negra sobre el otro brazo, pegándose a este como si fuera alguna clase de resina o goma liquida; el segundo hombre, el que había soltado el primer golpe al Profesor, trataba de gritar pero de su boca no salia nada, al menos eso es lo que creía ya que sus oídos no podían captar nada mas que un silencio aterrador, no sonaba absolutamente nada dentro de aquel lugar, no se movían piernas o brazos, no temblaba tampoco ni mucho menos reaccionaban ante los movimientos de la criatura, sus ojos se encontraban sobre el Profesor y su compañero, quien lentamente estaba siendo devorado por aquello que no comprendía, los gritos, si así lo podía llamar el, se escuchaban lentamente a su alrededor, los suyos también pero no salían de su garganta, sentía que vibraba, que se ahogaba, del interior comenzó a salir algo, su lengua se extendía lentamente como si jadeara, continuo haciéndolo hasta que esta había salido de su forma común y crecía desmesuradamente, termino por cobrar la forma de una serpiente y sin resistencia comenzó a comerse a su progenitor; el tercer hombre, quien todavía no había hecho nada, miraba con mucho mas horror aquella escena debido a su estado de alteración mental, había consumido un cóctel de drogas antes de salir y ahora se arrepentía de ello, pero lo que lo llevo al borde de la locura fue ver al Profesor transformado en una especia de árbol muerto, deforme en toda su expresión, oscuro totalmente, tanto que absorbía la luz alrededor de el, con cinco piernas de apariencia débil pero que se extendían como piernas de araña sobre la superficie donde se postraba, sus brazos no eran mas que ligeras extensiones filosas como cuchillas que ondulaban en el aire y lo que alguna vez fue su cabeza era un tallo gigantesco con un mar infinito de rostros que cambiaba constantemente por el aunque de estas no se podía comprender ninguna, demasiado raras eran como para poder concentrarse solo en una y tan cambiantes que su cerebro no podía terminar de procesar una cuando otras tres estaban presentes, el cuerpo de aquella criatura se extendía hasta el techo, unos tres metros aproximadamente, su ropa todavía puesta sobre las extensiones humanas todavía visibles aunque despedazadas, hechas jirones y gran parte en el suelo, una baba oscura corriendo por debajo de sus pies que se extendía hacia todo lo que le rodeaba, devorándolo y dejando nada a su paso. Eventualmente aquel hombre recibió la marea oscura y fue derritiéndose sobre ella al igual que todo lo demás, en su mente solo pasando aquellas imagines de terror como si fueran una realidad imposible de describir, su mente quebrándose cada segundo que se hundía en la marea mientras escuchaba un horrible rechinido, un silbido, una campana, no sabia que era pero zumbaba en sus oídos con tanta fuerza que le hacia enloquecer cada vez mas y mas, creciendo de una manera horripilante pero a la vez, en lo que quedaba de sus capacidades, existía una lógica macabra desde la cual pudo percibir algo, algo que aquel horripilante sonido producía y le llamaba lentamente, lo ultimo que pudo escuchar antes de sucumbir a la marea fue: -Tu que ahora te vuelves parte de todo escucha mi mensaje, descansa en mi regazo pues yo soy aquello que llaman el fin de todo. Bienvenido a la esencia del omega, sirviente del gran monolítico, donde la marea no deja de subir por mas que luches contra ella-, con aquella advertencia el hombre termino sumido en la locura total y cuando regreso en si estaba junto con todos los presentes de aquel bar, encerrado en una celda, todos estaban cuerdos, todos menos el, quien continuamente balbuceaba una frase incomprensible, creyendo que era producto del abuso de varias drogas que consumía, sin lógica, sin sentido, sin humanidad, parecía el grito de un animal adolorido, 
-¡Nilith, unaterum, irrasid talema!*-

* Esta frase ha sido trabajada y traducida por un lingüista anónimo, lo mas aproximado que sabemos de la frase es que significa: “Primero, universal eterno, irresistible destino”

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