Buda

"Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos." - Heráclito el Oscuro

Perdido en un enorme bosque se encontraba sentada una figura sobre una piedra plana larga donde cabía perfectamente, cruzado de piernas, con los ojos cerrados, las manos descansando suavemente entre sus piernas y sosteniendo la una a la otra como si esperara algo, la espalda recargada en un gigantesco árbol del cual no se podía distinguir bien donde terminaba la copa y que le cubría con suficiente sombra para el resto del día, este le aportaba un beneficio adicional, tenia un campo de visión completa de sus alrededores y suficiente luz para distinguir lo que se aproximara.

En aquel hermoso silencio lo único que podía escuchar esa su respiración y, si se concentraba lo suficiente, el latir de su corazón, fue de sorpresa cuando el silencio fue quebrantado por el movimiento de agua, Siddharta, aun recargado en el árbol y sentado en la piedra, abrió los ojos lentamente para examinar con detalle en lago y captar rápidamente el pétalo de una rosa que navegaba por la superficie, pequeñas olas avanzaban lenta pero marcadamente desde el centro de esta y se perdían cada vez que una nueva nacía.

No desespera, cierra los ojos y se deja llevar, escucha con detenimiento el cambio que se suscita e inhala lentamente, absorbe el cambio que destruye el orden viejo del lago y en si mismo, acepta sin resistir el cambio que se ha creado y en cuanto escucha parar las ondas exhala para dejar salir todo aquello que alguna vez fue el y que ya no es mas.