Tenia
días sin poder dormir bien, después de semanas de encontrarme al
borde de la locura tuve que desistir de mi orgullo y visitar a un
doctor para comprender mejor mi situación y me dijo cosas que ya
sabia pero que tendía a ignorar constantemente, principalmente por
que no tengo tiempo para preocuparme por cosas tan simples; trabajo,
familia, la vida en la ciudad, cosas que ponen al hombre moderno en
el ojo del huracán y que pueden ser su fin si no se controlan,
estrés, el asesino silencioso.
Después
de una ronda nutrida de análisis y otras semanas de continuas
visitas el veredicto estaba en pie y no había manera de darla la
vuelta.
Medicamento
estaba en orden, para dormir, para mantener mi flujo sanguíneo a un
nivel razonable, en especial la presión sistólica ya que la tenia
demasiado alta, y para controlar los continuos ataques de furia que
tenia día a día y que incrementaban conforme mas pasaba el tiempo,
buscando desquitarme con lo primero que se me pusiera enfrente. Para
ser honesto los ataques de furia eran provocaciones de los que me
rodeaban, todos son estúpidos, inútiles y lentos para hacer sus
tareas diarias, me desesperan y si pudiera los mataría sin pensarlo,
purgar el mundo de esta gente se volvería mi tarea si no es por que
son demasiados y no sobreviviría su contraataque.
Los
primeros días parecieron no surtir ninguna clase de efecto, me
sentía igual o peor y comenzó a desesperarme por lo que tuve que
visitar al Doctor para hablar al respecto, me dijo que necesitaba
tomarme las cosas con mayor calma y continuar con el medicamento al
menos durante un mes para poder tomar en consideración si se
requería una dosis mayor o cambiar el medicamento por otro, a esto
agrego terapias continuas con un psicólogo y me advirtió que de no
hacer caso a las indicaciones podría sufrir un ataque al corazón.
Casi
al final de ese mismo mes percibí algunos cambios ligeros en todos
los ámbitos, sentía que todo se ponía en orden, que la calma
comenzaba a llegar lentamente y aunque las cosas alrededor parecían
empeorar yo comenzaba a tomármelo un poco mas leve en ese sentido,
decidí no mortificarme por cosas que estaban mas allá de mi control
y esto termino por ayudar a dar paso al cambio efectivo de mi salud,
deje que la gente cayera por su propia peso, me dedique enteramente a
mi trabajo y salia y entraba a mis horas, respetaba horarios de
comida y sueños al igual que los de recreación.
Durante
semanas todo mejoraba, a los meses ya era un hombre nuevo, el Doctor
advirtió que de igual manera el medicamento era necesario y que no
recomendaba dejarlo ya que podía verse una recaída o incluso podía
entrar en una depresión severa por lo que debía estar al pendiente
de no perder una sola dosis, el psicólogo concurrió con esta
decisión y pidió que continuara asistiendo a terapias solo para
confirmar en que estado me encontraba y para analizar por otras
posibles causas de futuro estrés o depresión, si es que tal cosa se
podía analizar.
Continué
este proceso por algunos meses mas, todo seguía en orden.
En
algún momento perdí una dosis, todo por estar ocupado en asuntos de
importancia y no hacer caso a las advertencias, al darme cuenta note
que no había pasado nada pero de igual manera busque dosis una vez
en casa por temor a caer en lo mismo otra vez.
Este
hecho no fue aislado, sucedió y tome nota del tiempo que pasaba, a
veces minutos, otros horas y en un caso dos días, nada, seguía
normal, todo continuaba su rumbo, me sentía en la gloria y con eso
entendí que el medicamento ya había tomado su efecto, era libre por
fin.
Me
arme de valor y deje el medicamento, todo estaba bien, continuaba mis
actividades diarias como correspondían y vivía la vida a plenitud
aunque esa noche todo cambio.
Llegue
a la casa, cene, mire algunas noticias y procedí a dormir. A las
horas desperté sudando profusamente, empapado completamente en sudor
y temblando sin control con terribles dolores por todo mi cuerpo, el
estomago en llamas y los costados hinchados como si algo fuera a
explotar, pensé que era el apéndice pero este fluctuaba por todo mi
tórax, un incesante ruido en los oídos, como si tronaran un silbato
dentro de mi cabeza, un tamboreo constante que parecía penetrar por
el tope y frente de mi cabeza, los ojos incapaces de adaptarse a la
poca luz que me cegaba, la vista borrosa, la boca seca por completo y
áspera, sin capacidad de salivar de ninguna manera y con un terrible
dolor en el paladar y garganta, ese dolor era caliente y a la vez
parecía como si sudase por dentro y fuera pero no podía encontrar
una sola gota después de secarme con una toalla que tenia cerca de
mi.
Con un
esfuerzo terrible me retire de la cama y busque agua para saciar mi
sed, la tarea fue difícil pero una vez logrado fue lo mas delicioso
que había probado en toda mi vida, una bendición traída a mi por
Dios y de la cual le agradecía eternamente. Tome un vaso de agua
conmigo y lo lleve hasta mi habitación pero pare, instintivamente
pare y observe hacia el balcón, abierto, las cortinas sin movimiento
y la poca luz de la luna que entraba en constante cambio.
Me
aproxime al exterior para tomar el fresco de la noche y observe la
luna, enorme y magnifica, bronceada y en toda su gloria pero
extrañamente parecía como si la oscuridad de la noche fuera a
devorarla. Me quede estático en mi posición mientras observaba la
luna y notaba como se formaban unos dedos alrededor de esta, nubes
que pasaban casualmente, pensé, aunque no podía notar ninguna nube
cercana que pudiera justificar este hecho, los alrededores en
silencio, muerto, la poca luz que venia de los lados producto de las
lamparas del alumbrado publico.
Lentamente
la luna comenzaba a rodearse de oscuridad, esta reptaba alrededor de
ella, como tentáculos, y la encerraba mas y mas de una manera muy
lenta, agitándose, escurriéndose sobre esta al alejarse y
acercarse, como si pulsara o se moviera de manera involuntaria. Lo
siguiente que supe es que alguna clase de oscuridad había devorado a
la hermosa reina del firmamento y quedaba un espacio
considerablemente diminuto donde brillo un haz de rojo escarlata que
me cegó de inmediato.
Con
mano cubriéndome la cara trate de comprender la nueva figura de la
luna, aquella luz que brillaba a todo poder, y para mi sorpresa la
oscuridad pareció encerrar por un segundo a la luna por completo y
después se abrió ligeramente hacia arriba y abajo, era alguna clase
de ojo, pero como era posible eso, como era posible que la luna se
transformara en algo tan terrible, no podía comprenderlo, tanta
belleza y a la vez tanto horror.
Mi
mano derecha dejo ir el vaso que tenia en mano y el sonido de impacto
al quebrarse me saco de mi concentración sobre el satélite, mire al
suelo y me encontré rodeado de una oscuridad parecida a la que sumía
a la luna en su actual estado, me había consumido ya buena parte de
las piernas y al querer moverlas me vi incapacitado para hacerlo, no
sentía absolutamente nada, no dolía, no quemaba, nada, simplemente
no podía mover voluntariamente las piernas y al tratar de jalarlas
con los brazos sentí como si estuviera cargando algo increíblemente
pesado.
Trate
de gritar pero sentí algo que rodeaba mi garganta, una clase de
cuerda se encontraba apretándome cada vez mas fuerte y si poco me
dejaba hacer era respirar, respirar cada vez menos y sintiendo que
eventualmente tendría que sumirme en el reino de los sueños si
continuaba así.
Lo
poco que quedaba de conciencia me indicaba que debía mirar la luna,
lo hice pero me aterraba continuar en trance sobre aquel ojo que
parecía juzgarme con su pupila escarlata, cada parpadeo me indicaba
algo, era como un reloj, cada parpadeo un segundo, algo se
aproximaba.
Finalmente
la oscuridad termino por rodear todo mi cuerpo, mis esfuerzos en vano
y cada vez menores, mi cuello dolía de manera terrible y al perder
conocimiento un ultimo pensamiento paso por mi mente, en que estado
encontrarían mi cuerpo una vez que todo esto acabara...
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