Sunday, July 14, 2013

Cronicas de Chicago, Archivo Oficial y Extra-Oficial de Eliot Ness, 21 de Marzo.

Archivo Oficial:

21 de Marzo, 1929

Reporte oficial al Buró. Tuvimos un atentado en las instalaciones de Chicago, el edificio quedo completamente inservible después de ser quemado aunque reportan los oficiales que fue una falla eléctrica pero estoy bastante seguro de que esto tiene que ver directamente con las pandillas y Al Capone.

En conjunto y como un ataque coordinado nuestros apartamentos sufrieron varios ataques de bombas y quedo totalmente inservible. Nos hemos cambiado a una locación mas segura en unos suburbios que llaman poco la atención y solo miembros del Buró tendrán esta información, ni la misma policía local o estatal tendrá esta información debido a lo delicado que se esta volviendo esta operación.

Para mantener el estatus quo el Alcalde Thompson me pidió que asistiera a una fiesta que daría en el Hotel Michigan, nada fuera de lo normal solo acto de presencia y con eso se daba por bien servido. Atendimos, encontramos a varios de los jefes del crimen pero no actuamos por prudencia y por seguimiento a las leyes del sistema Americano. Entrada la fiesta hubo una sospechosa falla eléctrica que causo un terrible incendio en la sala donde nos encontrábamos y tuvimos que abandonar el lugar lo antes posible.

Me informaron que sucedió una terrible tragedia y que Ada Fellini, hija de Tony Fellini, murió en el incidente. A pesar de que Tony Fellini esta en control de una de las bandas mas terribles de Chicago le ofrecí mis condolencias al respecto y atenderé al funeral en persona para dar el ultimo adiós a su hija.


Eliot Ness.

Archivo Extra-Oficial.

Marzo 21, 1929.

Reporte al Buró lo que necesitaba saber, no realmente lo que debía saber, y después de esconder los escalofriantes hechos que llevaron a la destrucción de la oficina del Buró, la cual extrañare con toda sinceridad, y los apartamentos, los cuales no extrañare en lo absoluto, y pedí que se reportaran cualquiera de los muchachos que estuvieran vagando por la ciudad a la nueva locación.

En el proceso Mike, Max y Cain salieron al centro, compraron un auto, no diré con que dinero, algunas municiones, ropa y una curiosidad que me entrego Max, una Derringer de cuatro barriles calibre .25, nunca había visto una y aunque tengo ya un arma de servicio nunca esta de mas tener otra a la mano. Tomamos turnos en la ducha después de aquella asquerosa visita a las alcantarillas y en el proceso llego Jack Whalley al cuartel.

A los cuatro les informe de nuestra visita al Hotel Michigan a petición del Alcalde, no teníamos mas opción que asistir al lugar a pesar de que ya sabia las consecuencias de esto pero el mantener apariencias cuesta caro y no puedo arriesgarme a dejar ver al Buró mal en estos momentos donde la situación sigue estando igual o mas critica.

Esperamos un poco mas y salimos al Hotel, el valet nos recibió, al preguntarme si quería que anunciara mi entrada le dije que no era necesario por que ya sabrían de esto y no estaba equivocado al respecto. Acompañándome se quedaron Cain y Max, Mike y Jack cuidaron el exterior, Jack vigilaría algunos de los carros a petición miá, placas, cualquier papel que pudiera encontrar de valor en el interior, lo que fuera, con tal de tener mayor información a nuestro favor y algo que pudiéramos seguir cuando se nos diera la oportunidad.

El interior no me sorprendía ya, eran varias veces las que me habían mandado a este lugar, y por inercia viaje al salón y entregue mis cosas para después tomar la misma mesa de siempre pero sin olvidar los saludos forzados que debía hacer paso a paso con cada persona que me interceptaba, ni como evitarlo, era algo que debía hacer para mantener esta imagen.

Ya sentados todo fue mas calmado, un rápido ojo a la situación me dio idea que en efecto, todos los mafiosos estaban en el segundo piso, pegados a los balcones, y que miraban hacia abajo, me observaban a mi y a mi gente, con aire de desprecio, de burla, sabían que no los podía tocar, que estaba muy por debajo de ellos y que ellos eran los intocables... todo eso puede cambiar, todo eso va a cambiar, hice esa promesa hace mucho tiempo y la cumpliré cueste lo que cueste, en especial con Al Capone que se encontraba con sus mafiosos, una mujer y un hombre de apariencia ricachona pero algo excéntrica.

Los muchachos atendiendo pusieron un cenicero a mi lado al ver que tenia un cigarro encendido, trajeron algunos bocadillos y tónica, desafortunadamente y anexo a eso llego Ada Fellini, la ultima persona que quería ver en esta situación y en especial por que su padre estaba casi arriba de nosotros en el balcón derecho.

Su charla era la misma, siempre queriendo sacar algo de mi, no diré que pero siempre se lo he negado por que la conozco, se quien es y a que se dedica y los muchachos se mantuvieron serios hasta que Max llego y comenzó a conversar con ella, siguiendo la misma corriente y haciéndose el interesado en ella o tal vez así lo era, lo que sea de cada quien. Lo que me molesto de su visita fue que comenzó a inducir mala conducta a mis agentes, pidiéndoles que pasaran un rato con ella en otro lugar y pidiendo alcohol por debajo de mis narices como si no lo pudiera ver... no se si lo hace apropósito o no. Max me entrego unas notas que había escrito, algo que había descubierto afuera y lo cual ya sabia, que teníamos demasiados ojos encima y que los mafiosos estaban sobre nosotros.

Max me hizo el grandisimo favor de sacar a bailar a Ada, lo cual me puso de mejor humor, pero no quedaba fuera el pendiente de los ojos que estaban encima de nosotros, eso agregado al hecho de que el Alcalde propuso un brindis a mi nombre, forzándome a ponerme en el ojo publico de todo mundo, objeto de asombro para la mayoría pero de burla para los indicados que era donde mas dolía, ya pasado eso regreso todo a su proceso normal y comenzamos la cena juntos los cinco, siendo Ada la misma molestia de siempre.

Max y yo nos separamos, pasamos a una pequeña barra al fondo del lugar y hablamos de la situación, era mejor salir de aquí, no obtendríamos nada de provecho viendo la situación actual aunque si todo salia bien Jack debería tener algo en mano. Max se fue a buscarlo, en el proceso llego Adam y me reporto que se encontraba mejor después de la situación en los apartamentos y que su pierna había sanado acorde a las leyes, también me reportaba que en la red tenían algo curioso volando, algo que estaba llamando mucho la atención de todos los que estuvieran en la localidad, que causaba pánico, asombro, molestia y unas cuantas risas, pero que finalmente era motivo de poner atención y que ddebíamos atenderlo lo antes posible antes de que la situación empeorara.

Una vez que Jack y Max regresaron nos reportamos a la mesa y continuamos una amena platica, en la cual notamos que Al Capone y su gente se retiraban a excepción de la mujer y el ricachon. Una salida rápida, como había propuesto Max, estaba en orden y todo fuera por que pudiéramos verle la cara a Al Capone afuera o simplemente por que la situación estaba a punto de empeorar.

-Señor Ness, ¿se retira tan pronto?- En cuanto escuche esa voz, esa escalofriante y chirriante voz, desde el segundo piso en el balcón de la izquierda supe que algo estaba mal, se escucho por encima del ensamble de Jazz y peor aun capto la atención de todos los que nos rodeaban para poner los ojos encima de mi y de la mujer. -Vamos Señor Ness, no me ignore, no sea tan rudo-

Pusimos doble paso a nuestra retirada cuando escuchamos algo todavía mucho mas terrorífico.

El sonido del aire comprimiéndose alrededor de nosotros, de ese grito feroz, un gruñido, el sonido del fuego quemando con harto poder. La mujer, fuera quien fuera, tenia en sus manos dos bolas de fuego y una fue dirigida hacia la puerta principal, esto provoco un pánico general y la salida casi inmediata de todos los presentes, todos excepto nosotros y la mujer. De su otra mano salio la otra esfera y nos corto el paso por completo, atrapados tuvimos que recurrir a la vieja táctica de escondernos detrás de las mesas y tomar tiros contra ella.

-Por favor, quédese un poco o que tal para siempre- Esas ultimas palabras se escuchaban como la furia misma consumiendo todo lo que le rodeaba, aquella flapper tan excéntrica. se había vuelto una masa completa de llamas y sin pensarlo solté un tiro, mi arma produjo un clack y observe como mi arma había quedado atorada... después recordé la Derringer que me dio Max y agradecí cada segundo de ahí en adelante que me la dio. -¡Michael, vamos!-

Fue ahí cuando me percate de algo fuera de lugar, la mujer en llamas era una terrible visión, Adam estaba completamente catatónico detrás de una de las mesas mientras se balanceaba sin control balbuceando la palabra -fuego- y moviendo la cabeza de un lado para otro, las balas no parecían hacerle absolutamente nada a aquella mujer y lo mas importante, su amigo, el excéntrico ricachon, no estaba a la vista y fue el distintivo crujir de una escopeta lo que nos dejo fríos y mas el enorme boquete que dejo en el suelo frente de nosotros, eso no era una escopeta, era un maldito rifle para matar elefantes y el tipo no había fallado por mucho pero lo peor de todo es que había tumbado varias mesas en el otro balcón para que no pudiéramos detectarlo.

Sin mas remedio tuvimos que salir de ese lugar, entre las llamas que seguían incrementando, el humo que nos cortaba visión, las bolas de fuego que no dejaban de caer sobre nosotros, las terribles llamas que se acercaban cada vez mas, el catatónico Adam, nuestras inservibles armas y el hombre invisible que nos atacaba desde una posición que no podíamos avistar.

Lo terrible de esto fue que la situación comenzó a empeorar rápidamente, el humo fue terrible pero podíamos continuar, el fuego lo tuvimos que brincar, era tan extenso el campo que poco logramos hacer para evitar quemarnos, todavía tengo varias marcas y algunas no creo que se vayan nunca jamas, perdimos a Jack, yo quede inconsciente en algún momento de la batalla, Ada exploto en mil pedazos cuando una de esas enormes balas le impacto, Cain cayo al piso después de que le impactara una de las bolas de fuego y lo ultimo que supe fue que Max y Mike nos sacaban a mi y a Cain de aquel lugar, les recordé de Adam y aunque no quería salvarlo, por que Dios sabe que lo odio, lo necesitábamos por sus conocimientos.

Max se adelanto por el Packard, nosotros llegamos como pudimos al final del pasillo de servicio, llamas y humo detrás de nosotros, la furia naranja devorando todo a su paso y nosotros pudiendo hacer menos que nada para solucionar nuestra situación inmediata ante esto o el hecho de que habíamos perdido de vista a aquel terrible par.

Pero no dicho esto antes, en nuestra huida, nos encontramos con un Mercedes Benz que nos perseguía a toda velocidad, la mujer tenia un rostro que no puedo olvidar, estaba carcomido por las llamas, seguía viva de alguna manera, era una visión enfermiza por los pedazos carbonizados de piel y carne, y esa sonrisa fija de dientes prístinos junto con esa risa malvada, los constantes gritos -¡Morirás Ness, morirás!- fueron suficiente como para hacerme poner en duda mi profesión y si en algún momento debía entregar mi placa al Buró y olvidarme de todo esto... fue un momento de duda mas no fue lo suficientemente efectivo como para que no pudiéramos soltarle unos tiros a su auto.

El problema de esto fue que cuando recapacite el automóvil lo teníamos de lado y Max tenia en su rostro el gigantesco cañón, un frenido nos saco de ese problema y un juego de balas por parte de Max y Cain ayudaron a la situación pero no fue suficiente para perderle el rastro ni dando vueltas cerradas, era casi imposible perderle de vista a aquella figura endemoniada y aun cuando una llanta estaba fuera de servicio su automóvil nos ganaba campo amplio en segundos, peor fue cuando el tipo apunto a una de nuestras llantas y con eso perdimos bastante velocidad, blanco fácil, pocas posibilidades de seguir derecho o daré giros bruscos, fue ahí cuando Cain tomo su propio rifle contra elefantes y destrozo la caja del motor pero no sin antes recibir otra bala nosotros y perder total control del automóvil hasta quedar varados en medio de una intersección.

De no ser por que un taxi paso en ese momento no creo que podría estar contando esto y aun así el pobre vehículo recibió otro impacto del rifle para elefantes, dejando un agujero enorme en la carrocería que pagamos junto con la tarifa del taxi...

Creo que tenemos dos cazadores nuevos en el área y el precio por mi cabeza acaba de incrementar substancialmente aunque creo que Tony Fellini y yo podremos hacer algo al respecto, no creo que le agrade mucho enterarse mañana que su hija tendrá que ser quitada con una espátula de lo que quede del Hotel si es que, claro, queda algo del Hotel o de ella para cuando los bomberos lleguen.

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