60 segundos en mi mente

Sesenta segundos en mi mente. Un viaje empieza con la oscuridad, no hay nada, en las esquinas resuenan círculos blancos y negros, mas bien grises, que viajan a toda velocidad hacia el centro pero no llegan, se quedan ahí, emanando lentamente y después rápido, lineas perpendiculares grises que viajan a toda velocidad, círculos que se producen en el medio como la honda de una piedra cayendo sobre agua, una figura se forma, el pato Donald, la imagen se derrite lentamente, su boca se abre, de ella aparece un rostro, es un rostro serio, se convierte en el de un simio, es serio, solo se ven las facciones de los ojos que son dos rayas, las fosas nasales y la boca que también es una raya, se transforma y hace muecas, aparece un carro modelo T viajando por el aire de derecha a izquierda, un pájaro aparece cantando, aletea, canta, se aleja, se convierte en un pez, un delfín, un tiburón, un hueso, es un pez otra vez, a lo lejos, un animal, un ave, un kiwi, se transforma nuevamente en un pelícano, una garza que bebe de un lago, se para en una pierna, es una mujer, bella, pelirroja, con los labios carnosos, desnuda, se limpia detalladamente sus brazos y sonríe, sonríe mientras la observas detrás de algo, un arbusto, quien sabe, aparece un lápiz labial, un espejo, una mesa con tres patas, tiene una base al fondo que parece ser una segunda mesa, dos de las patas son marmotas gigantes de marfil, otra es una elefante bailando y la ultima es otra mesa donde varias mesas parecen convertirse en columna y repetir la misma figura una y otra vez ad infinitum. Todo esto mientras escuchar un silbido lejano, una campana, un terrible sonido eterno y perpetuo junto con el de la alarma de una patrulla.